sábado, 26 de julio de 2008

Isla Gorriti



Atardecer en Punta del Este; vista de la Isla Gorriti.

sábado, 19 de julio de 2008

Algo de Historia y fantasmas

EL FANTASMA VICTORIANO


Transcripto de Monografias .com

Punto de arribo de tradiciones, representaciones y formas de ver y organizar el mundo, el siglo XIX reinterpretó todo, reelaboró una nueva cosmovisión, y desde ese mismo instante nada fue idéntico a lo que antes era. Hito singular en la historia de la cultura occidental, la centuria pasada (XIX) creó las bases de una sociedad nueva (que fue nuestra hasta hace relativamente poco tiempo). Instauró una muy particular manera de conceptuar a la familia, el cuerpo y la muerte. Desarrolló un mundo industrializado, en donde la tecnología empezó a cumplir un rol protagónico que no había tenido, y combatió las enfermedades como nunca. Creó una sociedad urbana inimaginable cien años atrás, e inculcó una ética renovada, menos dependiente de Dios. Propuso paradigmas —políticos y científicos— que consiguieron prolongar sus influencias hasta fines del siglo XX, e impuso un ideal —el del Progreso— que sirvió de telón de fondo y soporte de toda una época. Inauguró conflictos sociales, políticos y económicos, muchos de los cuales derivaron en revoluciones y guerras ; desarrolló los ideales del nacionalismo e impuso —paralelamente a ello— una presión imperialista que recién se diluiría —en sus aspectos formales— a mediados de la década de 1960. Pero, sobre todo, colocó a una clase social como modelo: la burguesía.

Como dice Eric Hobsbawm, el siglo XIX fue predominantemente burgués en sus hábitos, ilusiones y sueños. El emprendimiento y la concreción de objetivos personales se convirtieron en exultantes manifestaciones del propio valer, y el individualismo no se dejó rogar. Así mismo, un férreo orden social —sumamente jerarquizado— reglamentó los comportamientos, los gestos y el imaginario social; haciendo de las apariencias el resorte necesario para elevar el status dentro de una realidad en la que la competencia se convertía en un valor digno de ser puesto en práctica-

Esta sociedad burguesa, logró impregnar —con su cultura y forma de ver el mundo— a aquellos sectores sociales que la combatieron duramente, imponiendo lo que se ha dado en llamar un aburguesamiento tanto de los grupos aristocráticos como de los sectores obreros.

Fue este mundo burgués el que inventó la intimidad —que era su esencia—; reorganizó los rituales domésticos —que calaron tan hondo que se los creyó existentes desde siempre—; propuso una renovada dualidad entre la solidez de lo material y la belleza del espíritu. Elevó la castidad y la represión del instinto a un punto tal que la hipocresía no pudo dejar de surgir. El secreto, el pudor, los prejuicios y la llamada moral victoriana, evidenciaron —con su difusión— el éxito de esta clase hegemónica en muchos rincones del planeta. Y, por supuesto, los fantasmas también se aburguesaron.

Después de la sacudida racionalista del siglo XVIII, y agitada profundamente por el reeditado ideal clásico, la cultura europea del XIX buscó renovarse escudriñando, una vez más, en la imaginación y el sentimiento. Así surgió el movimiento romántico, que se tradujo en un esfuerzo por rescatar del pasado la perdida nostalgia de la Edad Media; abriéndose a experiencias estéticas e intelectuales que solieron inspirarse en lo desconocido, en lo oculto, en la noche con sus sombras y misterios. La muerte y los fantasmas, la soledad y las tinieblas, impregnaron todo por doquier. El romanticismo sería —como escribió René Huyghe— "una fuga de lo real a lo imaginario".

Desde ese momento quedó enunciada la doctrina del movimiento; y ya no fue el hombre externo —completo y reflexivo— lo que se puso en juego, sino que, en lo sucesivo, se distinguiría al hombre interior, ése que en su intento por comunicar su alma con la naturaleza exaltaría las dimensiones de lo infinito. El genio romántico —a fuerza de querer franquear los límites de la razón común, y permitir la intrusión de lo fastasmático— planteó la vacilación del cerebro, y entrevió la locura (en la que muchas veces llegó a caer).


Imbuido de una gran dosis de irracionalidad, y dotado de una capacidad excepcional para exaltar el sentimiento, el romanticismo reinventó el concepto de fantasma, otorgándole una serie de cualidades que —popularizadas desde entonces— impactaron en el imaginario colectivo, dándonos una imagen hoy tradicional del mismo.

De esta manera, nació un género literario que alcanzó un sorprendente desarrollo entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX: la "Ghost Story" que, junto a la novela gótica (de anterior data), sustituyeron a "[...] las groseras supersticiones por delicadas emociones artísticas".

Asimismo, la organización de nuevas disciplinas científicas orientadas al estudio del hombre —tales como la antropología y el folklore— dirigieron sus arsenales metodológicos hacia las sociedades "primitivas" de distintas partes del mundo, rescatando del olvido mitos y leyendas populares que revelaban una relación con la muerte (y con los muertos) que se creía perdida en el entorno occidental. Este mundo de los espíritus encontró, pues, en la leudante burguesía decimonónica un medio propicio donde arraigar, intentando conciliar las contradictorias dosis de espiritualismo y materialismo que esta clase social encarnaba.


El fenómeno espiritista —conocido desde tiempos antiguos, e interpretado de diferentes maneras según el entorno cultural— reapareció en el seno de la sociedad europea que, imbuida de positivismo, persiguió a los fantasmas armada con las leyes conocidas de la física. La preocupante obsesión por la supervivencia del alma —que había desvelado el sueño de más de un pensador clásico, como Pitágoras, Empédocles o Platón— dejó de ser, para muchos, un problema meramente filosófico, transformándose en uno propicio a ser demostrado científicamente por el materialismo. Los experimentos espiritistas —origen de la actual pseudo-ciencia llamada parapsicología— alinearon sus energías en la búsqueda de pruebas positivas, que creyeron encontrar en las melodramáticas sesiones espíritas celebradas en salones y cortes de todo Europa. En ellas, las almas desencarnadas de los muertos se comunicaban con los vivos por medio de golpes, martilleos sobre una mesa y materializaciones ectoplasmáticas; queriendo con todo ello demostrar la supervivencia del Yo individual más allá de la muerte.

Esta moda —convertida en hobby para unos, y en profesión para otros— modificó la manera en que los fantasmas eran conceptualizados; aunque, básicamente, lo que cambió fue la forma en que los espectros se evidenciaban. Desde entonces —y hasta las décadas de 1930-1950— las Almas en Pena empezaron a ser visualizadas (sin que por ello las clásicas manifestaciones auditivas desaparecieran por completo). Castillos, abadías y hospitales, teatros y mansiones, empezaron a albergar figuras etéreas que vagaban cual sonámbulos por los corredores, dejándose ver, e incluso tocar. El materialismo se imponía más allá de la frontera de la muerte, y la doctrina espírita no tardó en teorizar al respecto.

Allan Kardec (padre del espiritismo) y sus seguidores, sostuvieron que el ser humano estaba conformado por tres elementos: el alma, el cuerpo y el periespíritu, que unía a los dos primeros a manera de "mediador plástico" y que participaba de la naturaleza de ambos. Por lo tanto, merced a este periespíritu, las almas de los desaparecidos podían corporizarse y trasladarse de un plano a otro de la existencia, conservando una "semi-materialidad" fluida, de color, visible y palpable. Como puede observarse, el paradigma mecanicista —tan en boga por aquellos días— se aplicaba incluso en el Más Allá.

Los avances de la tecnología se pusieron a disposición de esta rejuvenecida "caza de espectros" y fue la fotografía —desarrollada a mediados del siglo pasado (XIX)— la que facilitó los medios para poder retratar a los fantasmas.

El daguerrotipo [1839] y posteriormente la máquina fotográfica [1851], produjeron un fuerte impacto en las sensibilidades colectivas de occidente. Con ambos inventos, la memoria y el recuerdo de los seres queridos pudieron trascender la muerte de una manera hasta entonces inédita; y la posibilidad de reconocer —mediante las fotografías— el aspecto físico de parientes y amigos muertos se alteró cualitativamente.

El tiempo quedaba atrapado en esas placas de acetato, y con ellas se robusteció aún más el individualismo. Ahora el pasado tenía un rostro identificable. Un rostro que denunciaba —en los vivos— el paso inexorable de los años, y guardaba —de los muertos— un retrato fiel, al que sólo los muy ricos habían accedido en el pasado (mediante la pintura / retrato y la escultura).

Las lápidas de los cementerios se adornaron con fotos (las típicas de forma oval); los álbumes familiares se transformaron en espacios de la nostalgia, y el individuo triunfante conservó de sí mismo —y de los otros— una imagen clara, diáfana y palpable. Lo mismo sucedió con los fantasmas, que llevaron la relación con la muerte a un plano más concreto, donde se descubrían las muertes propias (el cambio de aspecto a través de los años) y las ajenas. Así se difundió un renovado culto a los muertos y a los cementerios.

Las fotografías de supuestas apariciones espectrales empezaron a acumularse, y a pesar de los fraudes evidentes, un gran número de investigadores —y, por supuesto, la gente común— mantuvieron y defendieron férreamente la validez de la prueba. Incluso escritores que habían trasladado el tema al campo exclusivo de la literatura, prologaban sus novelas y cuentos argumentando que los fenómenos descriptos existían sin lugar a dudas; reconociendo que la ciencia y la filosofía aún no los había esclarecido. Ejemplo de tal credulidad tardía fue Sir Buldwer Lytton (1803-1873), quien con su obra, La Casa de los Espíritus (1859), pretendió cerrar filas junto a los grupos espiritistas.

Provistos de fotografías, de testimonios denominados directos, y enmarcados por un ámbito cultural que daba espacio a la creencia en fantasmas, hombres y mujeres enrolados en diferentes grupos espiritualistas pusieron sus esfuerzos en tratar de llevar el tema hacia el campo de la ciencia, alejándolo del ámbito de la leyenda folklórica y la superstición. Médicos, matemáticos, físicos, escritores de renombre y políticos de la era victoriana, propagaron decenas de teorías a fin de explicar los casos denunciados de fantasmas. Muchos de ellos lucharon, también, por desacreditar la temática, denunciando y revelando notorios fraudes. Otros, mantuvieron una duda cautelosa, dejando sus mentes abiertas a fenómenos que empezaban a ser denominados como paranormales (más allá de la normalidad). Finalmente, un grupo no reducido se transformó en fervientes defensores de la realidad objetiva de los espíritus.

DENUNCIANTES NOCTURNOS

El "fantasma victoriano", exportado a distintas partes del mundo por los largos tentáculos de la sociedad burguesa del siglo XIX, refleja —como tantos otros productos de esa época— el entorno cultural que le dio origen.

Nacido del materialismo y la industrialización, el fantasma decimonónico encarnó —paradójicamente— el descontento de un gran número de personas, respecto del rumbo que tomaba la sociedad por aquellos cambiantes días.

Adoptados por la poesía, la novelística y aún por la heterodoxa "ciencia informal", los relatos de aparecidos canalizaron la creciente necesidad de evasión a los problemas cotidianos (la explotación del hombre, el hambre, el desamparo, la soledad, el desempleo, et), que el romanticismo supo con habilidad dejar plasmados en la literatura y otras manifestaciones del arte. Los fantasmas disfrazaron tabúes burgueses, y reflejaron al mismo tiempo una intención moralizante, que devino en una muy particular pedagogía del miedo.

A quedar desligados del Diablo, los fantasmas empezaron a teatralizar una escena dulce, nostálgica —aunque no exenta de problemas— que encuentra sus raíces en una manera nueva de conceptuar el sentido de familia y de muerte.


Si tenemos que hacer referencia a una institución exitosa, con una fuerte dosis de autoritarismo y epicentro de valores morales tenidos por trascendentes, debemos hablar de la familia (núcleo esencial del amor responsable en el universo del burgués). Bastión y refugio de la intimidad, el "hogar dulce hogar" se convertiría no sólo en una potente catapulta para el individualismo, sino en el celoso guardián de los secretos familiares, siempre peligrosos de ventilar.

Organizada alrededor de un padre todopoderoso, los miembros de la familia —en especial las mujeres— tenían sus vidas afectivas hipotecadas por "el bien general del apellido". Todo estaba reglado, controlado, medido. Pocas cosas podían dejarse al azar. Los potentados debían casarse con potentados, caso contrario el patrimonio y el prestigio de la estirpe quedaban mancillados social y económicamente. Por lo tanto, ante el nunca deseado desliz amoroso de alguien del grupo, las apariencias debían resguardarse, levantando un grueso muro de silencio y secretos.

También la presencia de un suicida, de un asesino o de un idiota en el árbol genealógico del apellido, era más que suficiente para que se tendiera sobre ellos un impermeable manto de olvido, resistente al chismorreo y el rumor.

Como alguien escribió:

"Si bien no toda familia es un asunto trágico, no cabe duda de que toda tragedia es un asunto familiar" .

Y gran parte de ello queda ejemplificado en las numerosas historias de fantasmas que tienen una base argumental enraizada en dramas privados de ese tipo. Pasiones encontradas, actos lujuriosos (escondidos o sublimados), ambiciones desmedidas (reales e imaginarias), son lo que los fantasmas denuncian en sus rondas nocturnas.

El "fantasma victoriano" se convierte así en una doble amenaza.

Por un lado, rompe con los límites racionales rígidos impuestos por las leyes positivas de la naturaleza; consiguiendo crear un estado emocional que es capaz de alcanzar el más sentido terror, por medio de extravagantes efectos de luz y escenas extrañas.

Por otro lado, tanto en la literatura como en la tradición oral, el fantasma decimonónico irrumpe fracturando el secreto burgués, violando lo íntimo —lo no dicho—, al hacer público los secretos inconfesables de una familia.

Las apariciones piden, denuncian, exigen. Desenmascaran una intimidad hipócrita, egoísta y morbosa, que el grupo se ha cuidado muy bien de resguardar. Este es quizás el motivo por el cual el concepto "fantasma" fue incorporado en algunas escuelas de psicología nacidas a fines de principios del XX.

Un aliado fiel a todas las historias de fantasmas ha sido —y es— el rumor.

Masivo, difuso, susceptible de ser realimentado —dada la transmisión en cadena que lo caracteriza—, el rumor crea siempre una disposición muy especial para que surja la credulidad; ya que "conmueve y golpea en algún punto vulnerable al receptor, disminuyendo la capacidad de discriminación" y haciendo de lo imposible algo probable y verdadero.

Presente en situaciones de crisis —ya sean, sociales o familiares—, la tradición oral encuentra en el rumor un instrumento indispensable para la difusión y tergiversación de historias en la que descargar incertidumbres, envidias, celos e impotencia, producto de la angustia.

La mayoría de las leyendas de fantasmas reflejan esta situación. Con ellas, los sentimientos indefinidos recién nombrados se concretizan en temores que pueden ser manipulados y, por lo tanto, capaces de ser exorcizados, enfrentados o publicados.

El fantasma que vaga eternamente en el universo material de sus antiguas posesiones, el que exige plegarias o atenciones espirituales a sus deudos, el que denuncia sus propios crímenes con lamentos y visiones espantosas, o el que manifiesta un dolor infinito por un amor prohibido o no correspondido, recrea las ambigüedades y dramas privados que la sociedad burguesa no pudo evitar que cayeran en el dominio del rumor. Por esta causa, los mencionados relatos de fantasmas fueron siempre bien aceptados por un público expectante de chismes e historias fantásticas.

El egoísmo materialista del espectro que se niega a abandonar el plano mundano y carnal de la existencia —y que queda ligado a los objetos personales que lo individualizaron de los demás (casas, pianos, fincas, sillones, etc)— es un claro síntoma de mentalidad burguesa. Una mentalidad que hizo de las cosas materiales un símbolo de status e identidad personal, que ya la muerte no podía disolver. El hecho de que se conserven relatos que hablan de espíritus vistiendo sus indumentarias de costumbre —corbatas, broches, sombreros, uniformes o tapados— es muy sintomático al respecto.

También un sobrenatural lazo afectivo une al fantasma con sus seres queridos cuando éste les advierte sobre peligros inminentes o demanda de ellos un recuerdo más sincero y fuerte. Este temor al olvido —combatido en los cementerios por medio de la arquitectura y escultura funerarias— quedó plasmado en suntuosos panteones familiares, en los que –tras la muerte— todos volvían a reunirse.

Comúnmente, los rumores que circularon —y circulan— en torno de las apariciones poseen un denominador común ya tradicional: el dolor, la violencia y los actos vergonzantes —reprimidos y castigados por la sociedad— son los que sujetan, a modo de invisibles amarras, al espíritu a este mundo. No es de extrañar, pues, que las abadías, conventos e iglesias sean las que conserven historias de este tipo de historias tan cargadas de pecados y actos perversos.

La figura fantasmal de la monja que camina sollozando solitaria, expiando la culpa de un amor carnal prohibido por Dios, es ya clásico en las tradiciones de occidente; o la del sacerdote que, tentando por las voluptuosidades de la señora local, debe pagar su pecado vagando por la nave principal de su capilla, "en las neblinosas noches de invierno".

Damas de todos los colores —la "Dama de Azul", la "Dama de Gris", la "Dama de Blanco", etc— ilustran el folklore de distintos rincones de Europa y América; y en casi todos los casos refieren historias de supuestos escándalos amorosos, seguidos de muerte. Tal es el caso del fantasma femenino que recorre los pasillos del castillo Muncaster, en el centro occidental de Inglaterra.

Al respecto, cuentan los lugareños que hacia 1822 una criada tuvo la osadía de enamorarse —¡y ser correspondida!— del propietario de la finca. El asesinato de la pobre niña en manos de matones nunca fue resuelto, ni los culpables identificados (lo que expresa el riesgo de alterar las rigurosos normas de endogamia clasista de la época). Según el folklore local, el espectro de la pobre infeliz continua reclamando justicia.

Interesar observar cómo historias de este tipo —gestadas la mayoría durante el siglo XIX— fueron transferidas a tiempos medievales, modernos, e incluso antiguos, otorgándoles a viejas tradiciones y rumores sobre fantasmas un romanticismo que, con toda seguridad, no tenían en sus orígenes. Así, pues, argumentos esencialmente victorianos fueron endosados —anacrónicamente— a historias, mansiones, castillos y parajes, supuestamente encantados. Conflictos, crímenes y dramas personales del pasado remoto fueron absorbidos, reinterpretados y tergiversados por el espíritu burgués de la Ghost Story y desde entonces, monjes medievales, aristócratas poderosos del renacimiento o burgueses del siglo XVII (y sus respectivas amantes), poblaron con sus fantasmas cientos de cuentos.

EL PARTICULAR GUSTO INGLÉS POR LOS FANTASMAS

Es probable que no exista ningún rincón del planeta —controlado y aculturado por occidente— que no contenga en su acerbo folklórico historias de fantasmas que reflejen los conflictos y valores arriba nombrados. Tradicionalmente ha sido Inglaterra la gestora más prolífica en leyendas de este tipo, y por ello se han intentando interpretaciones de distinto calibre a fin de explicar este gusto tan particular que los británicos han tenido y tienen por los relatos fantasmales.

Se ha dicho que las apariciones del mundo anglosajón serían el necesario complemento de maravillas de una sociedad regida por lo material y lo concreto; que Inglaterra, al no conocer importantes procesos de brujería, buscó satisfacer en el mundo fantástico del arte una carencia de hechos sorprendentes que la vida real no ofrecía. Desde esta perspectiva, los fantasmas cumplirían una función evasiva de un mundo que progresivamente se desencantaba tras el alud de pragmatismo del siglo XVIII.

También se ha insistido en atribuirle al paisaje inglés —con sus brumas y escenarios grisáceos— el origen de estas historias de ultratumba. Tal como escribió H. P. Lovecraft :

"La atmósfera [en todo relato] es siempre el elemento más importante, por cuanto que el criterio final de autenticidad no reside en urdir la trama, sino en la creación de una impresión determinada".

Asimismo se ha venido hablando del sentimentalismo inglés, que les llevaba a cultivar tanto el temor como la tristeza, motivo por el cual pudieron —y supieron— importar y reacondicionar relatos de fantasmas de otras latitudes, movidos por el entusiasmo hacia lo exótico.

Tampoco se ha descartado la ironía, la valentía o el carácter lúdico que todas estas historias encierran, y que permitirían ampliar la explicación del por qué de esa tan particular fantasmogénesis británica; sin por ello despreciar la no poca producción alemana, francesa y norteamericana.

LUGARES ENCANTADOS

Todos los lugares poseen una doble dimensión. Una real, que es en la que se vive y se trabaja. La otra imaginaria, en la que se advierten las huellas de potencias infernales o celestes que testimonian la presencia de los antepasados, de sus espíritus y recuerdos; definiendo así un espacio propio, cargado de historia, afectos y emociones. Visto de esta forma, un lugar es —en un cierto modo— una invención.

Esto es lo que llevado a que cosas que no han sido concebidas como fantásticas así lo parezcan; por ejemplo faros, castillos, monasterios, abadías y mansiones.

"Los arquitectos, constructores de fortalezas, se han propuesto hacerlas formidables y no encantadas" .


La tradición oral y escrita informa acerca de miles de sitios con estas características; sitios que van desde los ya mencionados —y construidos por el hombre— hasta bosques, cruces de caminos, cuevas, lagunas, montañas e incluso árboles embrujados. De todos ellos, quizás sea el bosque el que mantenga —desde hace más tiempo— el aspecto numinoso que referimos. Reductos del miedo y del peligro, los lugares boscosos suponían la presencia de hadas, genios, brujas y espectros aterradores que amenazaban la integridad física y moral de los hombres. Muchos cuentos infantiles de origen medieval testimonian lo dicho.

El romanticismo decimonónico retomó la posta y supo explotar su gusto por la soledad, por lo vetusto y lo misterioso, poblando con fantasmas aquellos lugares que dieran con el tipo. Así, jardines abandonados o moradas desiertas se hallaron a disposición de los espíritus.

Enfrentándose a una arqueología materialista por definición, el imaginario romántico hizo de las ruinas sitios ideales donde poder elevarse y captar en concreto el evanescente paso del tiempo y la brevedad de la vida humana. Se resistió a ver sólo piedras —susceptibles de ser fechadas, medidas, catalogadas— y transformó mentalmente a esos históricos monumentos en potenciales escenarios para tramas misteriosas, protagonizadas por legiones fantasmales.

La Torre de Londres vio aparecer entonces el alma en pena de Ana Bolena, decapitada por su esposo en el siglo XVI; o el espectro de Sir Walter Raleigh, injustamente condenado a prisión en el mismo siglo.

La Abadía Newstead congregó entre sus muros una media docena de fantasmas. Por ejemplo, el Temible Demonio Byron (supuesto tío del famoso escritor); una anónima Dama Blanca, que camina pensativa por la casa y un Fraile Negro, anunciador macabro de muertes cercanas. No podía faltar también el espectro de un perro que corre por los jardines, ladrándole a la luna.

Del mismo modo, Watton Priory, un convento fundado en siglo VIII, pasó al acervo folklórico inglés como un lugar poblado de lamentos y jardineros fantasmas. En competencia con él, la Abadía Whitby sigue manteniendo una pequeña congregación de monjas que, desde el Más Allá, continúan respetando los votos de castidad que juraron en vida.

En la zona sur de Inglaterra se levanta el Castillo Suadewy, hogar de una espectral Dama de Verde, asociada al fantasma de Catherine Parr, ex-esposa del rey Enrique VIII. Mucho más al norte —en Escocia—, el Castillo Hermitage testimonia su pasado de sadismo y horror a través de la historia del fantasma de un noble local, recordado por los asesinatos que supuestamente cometió durante el siglo XV. También en las Tierras Altas Escocesas, el Castillo Glamis posee un puñado de fantasmas: la Dama de Gris, el fantasma de Janet —esposa del VI Lord de Glamis— y la extraña figura que corre a través del parque, conocida familiarmente como "Jack the runner" (Juan el Corredor).


Historias prototípicas como estas abundan no sólo en Inglaterra, sino también en Francia, Alemania, España o Estados Unidos. De hecho no existe país que no posea sus lugares encantados.

Puede que cambie el escenario inmobiliario del drama, pero en esencia todas las historias parecen ser variaciones de un mismo tema. Variaciones que, readaptadas al espacio urbano e industrial, testimonian una necesidad muy enraizada en el espíritu de los seres humanos.

Consecuentemente, ni las chimeneas humeantes del progreso, ni los abarrotados barrios obreros de las surgentes ciudades industriales, desplazaron del todo a los espectros de los muertos. Tampoco los espacios de sociabilización burguesa —levantados en pleno corazón de la city— exorcizaron a sus legendarias almas en pena. Así, el Teatro Royal —en Drury Lane, Londres— comenzó a encerrar en sus palcos y plateas al espectro de un hombre desconocido, vestido a la usanza del siglo XVIII, cuyas materializaciones siempre anunciaban un éxito de taquilla.

Cada uno de los muchos lugares encantados que acabamos de mencionar brevemente, son sólo una escueta muestra —arbitraria— de los miles que existen desperdigados en las más diversas geografías de Occidente.

La literatura nos ha acostumbrado a pensar en los fantasmas como en entes individuales, solitarios, que aparecen encantando mansiones y castillos; pero existen narraciones que refieren apariciones en gran escala, es decir, un "gran espectáculo grupal de espectros". Generalmente, esta variedad folklórica está íntimamente relacionada con acontecimientos históricos —perfectamente fechados e identificados— de importancia regional o nacional.

En un siglo como el XIX, en donde el simbolismo nacionalista fue tan importante, no pudieron dejar de circular leyendas respecto de batallas fantasmales, vueltas a representar en fechas y momentos caros al incipiente sentimiento —¿fanatismo?— nacional. Así, las guerras civiles —como la inglesa o norteamericana, de las décadas de 1640 y 1860 respectivamente— se convirtieron en un sugerente caldo de cultivo de muchos relatos populares de fantasmas.

Testimonios de dolorosos enfrentamientos entre hermanos y símbolos de las contradicciones de las recién gestadas identidades colectivas, las batallas de Naseby —celebrada el 14 de junio de 1645, en Northamponshire—, la de Martoon Moor —del mismo año— o el choque armado en Edgehill —de 1642—, son ejemplos ya tradicionales de batallas inglesas en las que ejércitos espectrales escenifican el combate, en los antiguos escenarios del drama. De igual forma, en la localidad de Shiloh, Tennesse, Estados Unidos, la tradición oral sostiene que el sonido de armas de fuego, choques de sables, gritos y lamentos, se podían oír varios años después de celebrado el cruel enfrentamiento de abril de 1862 (y en el que 24.000 personas perdieron la vida).

Daniel Granada ha denominado a estos lugares como "sitios asombrados", puesto que "sorprenden a la gente con los ruidos, voces y visiones con que las almas en pena se manifiestan".

América del Sur —y el área rioplatense en particular— no están exentas de leyendas de este tipo, y un patrimonio intangible de ello son los versos siguientes, en los que José Hernández pone en boca del gaucho Martín Fierro la creencia popular que hemos tratado:

"En distintas direcciones

se oyen rumores inciertos

son las almas de los muertos

que nos piden oraciones" .

VOLVER CON EL ROSTRO MARCHITO

Un aspecto muy explotado por la literatura del siglo XIX —y que reflejaba el sentimiento de terror que flotaba en el ambiente— fue el del temor a ser enterrado vivo. Posiblemente nunca como en esa centuria, la angustiante y morbosa fantasía de despertarse en un féretro bajo tierra, impactó tanto el imaginario funerario de una sociedad. Y aunque nunca se probó que accidentes de ese tipo hubieran sido generalizados, los artículos periodísticos de la prensa amarilla difundieron el rumor, otorgándole la asiduidad que jamás tuvo.

Así, puestos en duda los diagnósticos médicos de los certificados de defunción, enfermedades como la catalepsia —productora de un estado de aletargamiento e inmovilidad del organismo, que se decía podía ser confundido con el óbito— agudizaron los temores y, por qué no, el ingenio decimonónico.

Fue un chambelán del zar de Rusia quien, inspirado en la obsesión de moda, lanzó al mercado europeo —hacia fines del siglo XIX— un aparato sencillo y eficiente.

"Era una caja herméticamente sellada con un tubo largo colocado en un agujero abierto en la tapa del ataúd en el instante de bajar éste a la tumba. Sobre el pecho del muerto se colocaba una bola de vidrio unida a un resorte que a su vez estaba conectado a la caja sellada. Al menor movimiento de la persona encerrada, el resorte abriría la tapa de la caja, de modo que la luz y el aire penetrarían en el ataúd enterrado. Al mismo tiempo se iniciaría una reacción en cadena digna de una novela de ciencia ficción. Una bandera se alzaba a más de un metro por encima de la caja; una campana sonaba durante treinta minutos; se encendía una bombilla eléctrica. El tubo, además de permitirle la entrada de oxígeno, servía de megáfono para ampliar la voz presuntamente débil del moribundo" .

El tema fue tratado por ciertas publicaciones médicas y el parlamento inglés, por ejemplo, estipuló como obligatoria una espera prudente entre la defunción y el entierro. Incluso se aconsejó que a aquellos que no podían comprarse un féretro con "sistema de alarma", se les alquilara uno por un tiempo.

Como es de imaginar, fantasías tan morbosas no pudieron dejar de tener su correlato maravilloso, y numerosos relatos montaron tramas en las que el desesperado fantasma del enterrado-vivo, reclamaba venganza o ayuda.

Muertes prematuras o violentas suelen esconderse detrás de los relatos victorianos de fantasmas, en especial cuando esos decesos impiden —o dejan inconclusos— rituales de especial significación social, tales como el casamiento o el bautismo.

En muchas localidades de Europa y América aún pueden escucharse historias de aparecidos en las que sus protagonistas son cónyuges muertos en el día del casamiento, o niños que atormentan a sus padres en reclamo de un sacramento que no alcanzaron a recibir. Idéntica suerte podían seguir los excomulgados, los suicidas o los que ahogaban en el mar. Toda una legión de infortunados a los que se les había negado un descanso bienaventurado, pasaron a los folklores locales siendo así aprovechados por el afán didáctico y moralizador de las instituciones religiosas.

HACIA UNA NUEVA INTERPRETACIÓN

"¿Ha tenido usted alguna vez, cuando creía estar completamente despierto, la impresión intensa de ver a un ser viviente o un objeto inanimado, de sentir su contacto o escuchar alguna voz, sin que hasta donde pueda descubrir, esta impresión de debiera a ninguna causa física exterior?".

Esta pregunta, hecha en 1882, marca un punto de inflexión en el tratamiento que los fantasmas habían tenido hasta entonces.

Excluidos del ámbito científico por considerarlos productos de afiebradas fantasías histéricas, los espectros habían buscado un obligado exilio en la novelística, en la poesía y en el rumor local. El racionalismo los desechaba y todo aquel que los tomara en serio corría el riesgo de ser tachado de ignorante, oscurantista, y por lo tanto perder el prestigio entre sus colegas, vecinos y amigos.

El todopoderoso materialismo impregnaba las teorías que explicaban el funcionamiento del universo y en ellas las apariciones no tenían un espacio reconocido, puesto que atentaban contra las posturas mecanicistas tan en boga. Pero hacia la década de 1880 una poco convencional organización irrumpió en la escena: la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres (SIP); germen de futuras asociaciones del mismo tipo en Francia y EE.UU., y que derivarían en el estudio de la hoy llamada Parapsicología.

Típico producto de su tiempo, la SIP convocó en su seno a un heterogéneo grupo de personalidades, derivadas de distintos sectores de la intelectualidad británica —filósofos, físicos, médicos, escritores, etc—; quienes mezclaron sus inquietudes y opiniones con las de reconocidos espiritistas de la época. De esta hibridación tan particular surgió un grupo de individuos que libraron un tensa batalla por oficializar la clase de fenómenos que empezaron a ser llamados preternaturales. Pero, básicamente, lo que hicieron fue replantear —con un nuevo lenguaje— el problema de la existencia de los fantasmas, enfrentándose al bastión ortodoxo del materialismo mecanicista.

Sus fundadores, William Barrett (1845-1926), Frederic Myers (1843-1901) y Edmund Gurney (1847-1888), buscaron desacreditar las historias fraudulentas, combatieron a los embaucadores —los médium— y trataron de darle a sus proyectos de investigación una metodología guiada por la prudencia en las apreciaciones, la honestidad intelectual e incluso el escepticismo.

La primer publicación sobre "Apariciones" hecha por la SIP fue editada en 1894 y conocida bajo el título de Censo de Alucinaciones. Esta encuesta, practicada en Inglaterra, recogió los testimonios de 17.000 personas a las que se interrogó respecto de sus experiencias "alucinatorias". Con esta denominación —alucinaciones— la Sociedad pretendió crear un espacio intelectual neutro donde incorporar hipótesis de muy variado tipo —aunque en el fondo, su móvil último fuera probar objetivamente la posibilidad de supervivencia del alma después d la muerte—.

Con la encuesta hecha —y tras eliminar sueños y efectos inducidos por la ingestión de drogas— la SIP conservó únicamente 1.700 casos (el 10%) que respondían a los fenómenos que se sugieren en la pregunta que encabeza este apartado. De ellos, sólo 32 casos (1,5%) quedaron sin interpretación racional, siendo suficientes para dejar entreabierta la puerta que permitía el acceso a un universo fantasmal real.

El campo de lo paranormal empezaba a construir un espacio propio, controvertido y con el tiempo, bastante popular en ciertos ambientes.

El discurso parapsicológico introdujo un nuevo concepto —heredado del racionalismo del siglo XVIII— a través del cual las categorías de análisis —vigentes hasta las décadas de 1920 y 1930— se vieron profundamente modificadas.

Ahora era la mente, con sus insospechados poderes, la que pasaba a ocupar el lugar que antes había tenido el alma, y los fantasmas se convirtieron en los productos derivados de ciertas aptitudes naturales en el hombre —tales como la telepatía, la precognición o la psicokinesia—.

El lenguaje tradicional —aquel derivado de lo religioso— fue desplazado por nuevas hipótesis, nacidas de un materialismo agnóstico que —si bien no negaba la existencia de los fantasmas— les dio a los espectros soluciones teóricas más acordes con el cientificismo que pretendía alcanzar. Fue una renovada moda especulativa que puso el acento ya no en entidades independientes del testigo —el fantasma tradicional— sino en el testigo mismo. Las materializaciones y visiones pasaron a ser "proyecciones de la mente" de un ser vivo sobre la conciencia de otro ser vivo. Una especie de "fax telepático" que descartaba la posibilidad de un regreso desde el Más Allá y dejaba abierta la problemática de la supervivencia a otra disciplinas. Quizás el título de la encuesta mencionada denote un aspecto más del proceso de secularización, tan difundido durante el siglo XIX.

Es imposible negar la importancia que tuvieron la ciencia y la razón a lo largo de la centuria pasada (XIX), y si bien la moda del ocultismo y lo desconocido adquirió enorme popularidad, no es menos cierto que generalmente se mantuvo anclada en las regiones cuantitativamente minoritarias de la cultura occidental. Pero desde allí contrastaron de tal manera que sus heterogéneas explicaciones sobre el funcionamiento de la naturaleza, no pudieron dejar de advertirse —y por lo tanto, pasaron a ser duramente cuestionadas y combatidas—.

Fueron en los sectores aristocráticos y de burgueses acomodados de la "derecha política" en donde estos gustos esotéricos se afianzaron con más fuerza. Este hecho motivó que los fantasmas —y demás manifestaciones paranormales— fueran rechazados por los grupos obreros que, recientemente, se habían incorporado al ámbito del conocimiento (la llamada "aristocracia obrera" de la que saldrían los primeros sindicalitas de fuste).

En primer lugar habría que referir el extraordinario avance que la educación popular experimentó desde mediados del siglo XIX y principios del XX. Miles de miembros de la clase obrera tuvieron acceso a verdades intelectuales que pusieron sobre el tapete certezas racionalistas, técnicas y teorías, que empezaban a ser puestas en dudas por ciertos sectores disconformes de la burguesía desencantada.

En segundo lugar, para el movimiento obrero alfabetizado la ciencia —enemiga de la superstición— se convirtió en una bandera de emancipación mental, y no titubearon en abrazar al socialismo científico propuesto por Carlos Marx, medularmente materialista. En contextos como este, los fantasmas no tenían un espacio reconocido y fueron muchos los que interpretaron la moda del espiritismo y sus derivados como un intento solapado de la burguesía decadente por reencausar a los trabajadores hacia la ignorancia y la credulidad.

Desde aquélla lejana época en que la SIP fue fundada, hasta la actualidad, ha corrido mucha agua bajo el puente. El complicado devenir de la historia del siglo XX llevó a la creencia en fantasmas por caminos que el presente ensayo —por cuestiones de espacio— no puede abarcar. Lo cierto es que el derrotero señalado por aquellos primeros parapsicólogos marcó una huella profunda, y el subterfugio de racionalizar con argumentos irracionales las aparentes manifestaciones espectrales, se mantiene muy vigente.

La fantasmogénesis contemporánea habla hoy de "disgregaciones moleculares", "ondas energéticas", "materializaciones psíquicas" o "mundos paralelos". Es otro lenguaje, pero que —como antaño— se ha difundido gracias a la literatura de divulgación, manteniendo al imaginario colectivo en los límites del pensamiento mágico.

Patrimonios intangibles de una cultura que oficialmente los niega, los fantasmas continúan entre nosotros, hermanados con la noche, los sitios abandonados y las reuniones en torno a un fogón. Mantienen viva la predilección por lo maravilloso y aprovechan los hendiduras que desatiende la crítica científica para transformar una leyenda en un hecho aparentemente histórico supuestamente real, pero que de cuya existencia objetiva nunca tendremos prueba porque a ellos los llevamos dentro.

Por

Profesor Fernando Jorge Soto Roland

sotopaikikin[arroba]hotmail.com

Profesor en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Plata



viernes, 18 de julio de 2008

Frases de Vida

"No hay caminos para la paz, la paz es el camino"

"Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible".

"Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria".


Mahatma Gandhi

Desalojo de asentamiento en Camino de Cintura


Gray aseguró que el municipio está “trabajando en planes de vivienda” 2008-07-18 00:00:00

El jefe comunal de Esteban Echeverría dialogó con radio Región 90.5 sobre el desalojo del asentamiento ubicado en Camino de Cintura al 300 y admitió que el mismo municipio “pidió la intervención de la justicia en la toma de tierras y solicitó el desalojo”. “No estamos de acuerdo con las tomas de predios”, aseguró y agregó que es necesario "generar planes de viviendas" para "construir barrios organizados".



El jefe comunal de Esteban Echeverría Fernando Gray cuestionó la toma del terreno situado sobre Camino de Cintura al 3000 y aseguró que fue el mismo Municipio el que solicitó la intervención de la justicia para desalojar el predio.

“Creemos que tememos que crecer de manera conjunta y estamos trabajando en programas de vivienda que apuntan a mejorar la calidad de vidas de los individuos. Tenemos que crece de forma organizada”, indicó en diálogo con radio Región 90.5.

“No estamos de acuerdo con estas tomas en donde un puñado de sinvergüenzazas se aprovechan de las ilusiones de la gente”, aseguró.

En este marco, explicó que el mismo municipio ha “solicitado la intervención de la justicia, nosotros pedimos el desalojo porque no estamos de acuerdo con esta forma y la metodología”.

“Tenemos que aprender a organizarnos y como distrito este no es el primer caso”, aseguró.

En tanto, explicó que entre las medidas que piensa implementar el municipio se destaca la realización de un “banco de tierras en donde las tierras fiscales las estamos urbanizando, abriendo calles y programando lugares para plazas, comisarías y entidades sanitarias”.

Además, explicó que “para los casos urgentes está el plan federal de viviendas con 1200 viviendas que son para los casos mas urgentes”.

Lucy Pereda


Lucy Pereda

No es fácil colocar una etiqueta a Lucy Pereda. Como anfitriona del programa de variedades para el hogar, En casa de Lucy, que sale al aire desde hace mucho tiempo, da consejos sobre temas que van desde la decoración de interiores hasta cocinar con bajo contenido graso. El frenéticamente popular programa se ve en Galavisión, en Estados Unidos, y en 18 países de Sudamérica y el Caribe. "Lucy es una verdadera experta en el estilo de vida de los latinos, y estamos muy entusiasmados por contar con ella en nuestro canal", afirma un portavoz de Galavisión. "Ella inspira, informa y entretiene a toda Hispanoamérica con sus consejos útiles e ideas creativas sobre cocina, jardinería, decoración, limpieza del hogar, arte, manualidades y mucho más".

Sin embargo, el éxito de Pereda va mucho más allá de sus talentos como experta en estilo de vida. En las tres últimas décadas, Pereda se ha convertido en una industria unipersonal, reinventándose a sí misma varias veces: modelo de pasarela, diseñadora, personaje de televisión, productora, escritora y empresaria. Definitivamente, ella se ha convertido en una gran personalidad multifacética.

‘Cuando creo en algo, no cambio de parecer. Ése es el mejor consejo que tengo para ofrecer a cualquier mujer que desee hacer algo’

Ella, quien admite estar cerca de los 60 años de edad, es una de las personalidades hispanas más reconocidas y se encuentra disfrutando del mayor éxito de su carrera. "Sin lugar a dudas, éste es un momento fabuloso para ella", dice Rafael Fusaro, representante personal y ex marido de Pereda. "Hay muchísimas nuevas oportunidades presentándose en su camino". Una de las más excitantes de estas oportunidades la constituye una nueva línea de ropa, la Colección de Lucy Pereda, lanzada en el otoño pasado en las tiendas Sears de todo el país.

La itinerante Pereda tiene tantos otros proyectos en desarrollo que, inclusive, su hija Lucía Bartscher, de 29 años, tiene dificultades para mantener el ritmo de su madre. Bartscher, quien vive en Portland, Oregon, habla por teléfono con ella unas pocas veces a la semana. "Pese a estar tan ocupada con el programa y con la nueva línea de ropa, llama para preguntarme sobre cómo me ha estado yendo. Mis hermanos (Danny y Carlos, de 32 y 33 años, respectivamente) y yo siempre hemos sentido que ocupamos el primer lugar en su vida", dice.

La inquieta Pereda, establecida en Miami, abordó recientemente temas tales como su celebrada carrera profesional, la importancia de la familia y la manera en que ve a la mujer hispana.


P: Usted es la artífice, productora ejecutiva y el talento ante cámaras en el programa En casa de Lucy. Aun así, muy poca gente sabe que alcanzó su primer éxito siendo la chica del clima, en Puerto Rico. Cuéntenos sobre esto.

R: Bien, cuando era muy joven, mi padre nos trasladó de Cuba a Estados Unidos y, posteriormente, nos mudamos a Puerto Rico. Trabajé como modelo de pasarela y conseguí trabajo en un canal de televisión. Era atractiva y joven, y me paraba detrás de una pantalla de Plexiglás que tenía un mapa dibujado. Escribía las temperaturas a la inversa, de tal manera que la audiencia pudiera leerlas correctamente. Eso le encantaba al público. Ahora me resulta gracioso el haberme hecho conocida por escribir al revés.

P: ¿Qué pasó después de su exitoso trabajo como la chica del clima?

R: Pasé a ser locutora de programas de noticias; luego, produje varios especiales de televisión que fueron muy bien recibidos. Eventualmente, llegué a tener mi propio programa sobre estilos de vida en Puerto Rico: La Primera Tanda con Lucy. Éste se mantuvo en el aire alrededor de diez años.

P: Mientras vivió en Puerto Rico, se casó con Rafael Fusaro y tuvo tres hijos. Su hija Lucía dice recordar haberla visitado, a menudo, en el estudio de grabación y en las tiendas de ropa que usted tenía.

R: Así es; siempre he sentido interés por el diseño, la pintura y la decoración, desde que asistí a una escuela de diseño en Baltimore. Una vez que en Puerto Rico logré un nombre, decidí iniciar mis propias líneas de pret-a-porter y alta costura. Entonces, abrí una tienda en Plaza Las Américas, que era y sigue siendo el centro comercial más grande de la isla.

P: Usted estaba gozando de bastante éxito en Puerto Rico. ¿ Qué la llevó a mudarse a Miami?

R: Fue a principios de la década de los ochenta, y el negocio de mi esposo estaba expandiéndose. Decidimos venirnos a Miami, donde tuve que empezar de cero. Conseguí un trabajo en una estación de noticias local y luego, en Univisión. Fui anfitriona de El Mundo Latino, con Jorge Ramos, como así también de un gran número de festivales y premiaciones. Luego de eso, tuve un programa radial diario de entrevistas a nivel nacional: El Show de Lucy Pereda.

P: Viajó bastante después de esto, ¿verdad?

R: Sí, durante un año hice un programa de variedades en México, llamado En vivo. Luego, regresé a Puerto Rico, después de que me pidieran que ayudara a reconstruir la imagen de una revista llamada Imagen.

P: Fue entonces cuando empezó con el programa En Casa de Lucy, ¿cierto?

R: Así es; lo iniciamos en Puerto Rico, y fue un gran éxito. El canal de cable que emitía el programa me preguntó si quería hacerlo desde Miami. Fue entonces cuando regresé (a Miami), en 1997.

P: Los segmentos de cocina son una parte importante del programa y usted publicó recientemente un libro de recetas. Está tratando de promover una cocina saludable, ¿correcto?

R: Sí, el libro se titula De mi cocina. En este momento hay mucho interés en la cocina latina. Mi objetivo es mantener el sabor de nuestros platos tradicionales mientras les quito la mayor cantidad de grasas y calorías posible.

P: Cuéntenos sobre el lanzamiento de su colección.

R: Es algo de lo que estoy verdaderamente orgullosa y feliz. Las prendas son sofisticadas y elegantes, con ciertos detalles latinos, tales como bordados y lazos, que tanto gustan a la mujer latina. Sin embargo, tienen un atractivo universal, y eso es muy importante.

P: Usted está introduciendo guayaberas en su línea para mujeres. Eso suena muy audaz.

R: Es uno de mis más grandes sueños hechos realidad. Los varones han usado esta indumentaria durante años y se ha transformado en una tendencia, en el área de Miami, que las mujeres la usen. Quiero ofrecerla a las mujeres de todo el país. Dispondremos de una variedad de estilos y colores en lino puro. El calce es perfecto y son tan monas; se las puede usar en lugar de un blazer o una blusa.

P: ¿De dónde viene su inspiración para diseñar una línea de ropa?

R: Mi inspiración viene del hecho de estar relacionada con el mundo de la moda desde hace muchos años. He dedicado mi trabajo, durante toda mi vida, a la mujer latina, ya sea en televisión o a través de mis diseños. La colección encarna una importante filosofía, a la que llamo el cuerpo, antes que la tendencia (body over trend). Lo que quiero decir, a partir de esto, es que no importa cuán bonita pueda ser una tendencia; si no favorece, no la trabajaremos.

P: ¿Siente usted que continúa diseñando sobre la base de los lineamientos de sus comienzos en la industria de la moda?

R: Definitivamente, sí. Sabe, nosotros vendimos nuestras tiendas en Puerto Rico poco después de mudarnos a Estados Unidos. En el otoño pasado, regresé allá para asistir a un evento de modas, para honrar a diseñadores de todos los tiempos. Fue muy conmovedor. Me emocioné mucho porque me encontré con las personas con las que empecé a trabajar cuando era muy joven. Me otorgaron el premio Aguja de Oro y tuve la oportunidad de presentar mi nueva colección por primera vez.

P: Su hija Lucía dice que usted era una madre que se involucraba y que ofrecía apoyo, a pesar de que no era exactamente una "madre ejemplar". ¿Cómo era ser una madre que salía a trabajar en una época en la que muchas hispanas eran mamás de su casa?

R: Siempre tuve muy claras mis prioridades. A lo largo de los años, he rechazado compromisos y ofertas de trabajo debido a que me alejarían de mis hijos. Los hijos tienen que ser la prioridad número uno cuando son niños y adolescentes. Cuando mis hijos ingresaron a la universidad, mi carrera me ayudó a evitar el síndrome del nido vacío (empty nest). Ahora ya han crecido, pero somos muy unidos.

P: ¿Tiene nietos?

R: Todavía no, pero tengo que planificar mi vida para que me quede algo de tiempo para dedicarles. Quiero disfrutarlos.

P: Usted se divorció poco tiempo después de regresar a Estados Unidos, a comienzos de los ochenta. Sin embargo, mantiene una relación muy cercana con su ex marido, Rafael Fusaro.

R: Rafael es mi agente personal y lo será de por vida. Tenemos una excelente relación. Me ha ayudado mucho en mi carrera. Somos familia.

P: Usted es nacida en Cuba y ha vivido tanto en Puerto Rico como en Miami. Son muchas influencias hispanas diferentes absorbidas por una sola persona. ¿De qué manera se describe a sí misma?

R: Me autodenomino cubana estadounidense, sin embargo, siento un gran afecto por los lugares que me han ayudado a crecer. Estoy muy orgullosa de mis raíces cubanas y muy feliz de vivir en una ciudad como Miami, donde puedo compartir esa cultura. Además, he vivido muchos años en Puerto Rico. Allí fue donde me convertí en una profesional, donde me casé y donde nacieron mis hijos. Y Estados Unidos me ha dado la oportunidad, un hogar y la libertad de expresarme y elegir el camino que quería transitar.

P: Su carrera parece ser una serie de trabajos de ensueño, uno tras otro: modelo de pasarela, dueña de tiendas de ropa, estrella de televisión, diseñadora de modas. Seguramente, no todo ha sido tan fácil como parece.

R: No siempre ha sido fácil. He enfrentado muchos desafíos en mi vida, tanto personales como profesionales. Ser mujer y latina podría decirse que equivale a pertenecer a una doble minoría. He tenido que superar muchos retos. Cuando empecé como locutora, muchos años atrás, no podía relatar noticias fuertes. Eso estaba reservado a los varones. Nosotras, las mujeres como conjunto, hemos estado trabajando muy duro hasta que encontramos oportunidades e igualdad en nuestra forma de vida, respecto de los hombres.

P: ¿Existe una filosofía central que la haya mantenido enfocada durante todos estos años?

R: Siempre he creído que el presente es lo más importante. No lo que viene, sino el presente. De esa manera, puedo apreciar que el proceso en sí mismo es parte de la aventura. También soy una persona muy positiva, adicta al trabajo y muy tenaz. Cuando creo en algo, no cambio de parecer. Ése es el mejor consejo que tengo para ofrecer a cualquier mujer que desee hacer algo.

P: ¿Qué nos puede decir acerca de su filosofía sobre la belleza? Usted sigue siendo una mujer impactante. ¿Qué consejo nos puede dar a las mujeres en tanto envejecemos?

R: Nunca se vayan a la cama con maquillaje. En serio. Limpiar e hidratar la piel son las cosas más importantes que podemos hacer por ella.

P: ¿Cómo es su agenda de trabajo en estos días?

R: Por lo general, grabamos En casa de Lucy durante cuatro o cinco meses al año, empezando a mediados del verano. Divido mi tiempo entre el programa y la supervisión de los directores de diseño de mi línea de ropa. En el pasado, he viajado a Centro y Sudamérica para dictar seminarios sobre temas de mujeres, salud y belleza. Ahora mismo, estoy tan ocupada que no creo que vaya a poder hacer eso por algún tiempo.

P: ¿Tiene objetivos que aún no haya concretado?

R: Uno de mis objetivos es saltar del mercado hispano a la corriente del mercado dominante.

P: Con semejante agenda, ¿cómo logra encontrar un momento de relax?

R: Hago ejercicios cuando se presenta la oportunidad. Camino. Me encanta ver películas. Ocasionalmente, me entretengo en casa, pero la mayoría de las veces, salgo con mis amigos. Trato de mantener un equilibrio adecuado. Es muy importante desconectarse de vez en cuando.

Escuchar ambas campanas

En el marco del conflicto entre el Gobierno y entidades agropecuarias en Argentina. "No somos campo, somos tierra"
16-07-08,

La tierra es dignidad, alimento, diversidad, trabajo, soberanía alimentaria, cultura ancestral. Así la piensan, así la trabajan, los movimientos campesinos en su conjunto. Hoy, silenciados por un debate en el que sólo parece escucharse el tono patronal de las cuatro entidades agropecuarias.

Mucho se ha dicho ya sobre el conflicto que Gobierno y entidades agropecuarias mantienen desde hace más de 100 días y que actualmente se debate en el Congreso Nacional. Sobre esto, basta con recorrer las crónicas, notas de opinión y análisis político que, con diversos matices, han realizado los principales y masivos medios de comunicación en Argentina.

Desde enREDando apelamos a las otras voces que, tierra adentro, defienden la soberanía alimentaria, la propiedad comunitaria de los territorios y el desarrollo de una economía sustentable, basada en el modelo de la agricultura familiar. Estas voces se han escuchado, por cierto, bastante poco en los debates políticos que los medios, en su mayoría televisivos, han llevado a cabo como “garantes” de una aparente democracia participativa.

Sin embargo, durante todo un día, en Rosario tuvo lugar un pre - encuentro que núcleo a movimientos campesinos de diferentes puntos del país: Córdoba, Salta, Misiones, Jujuy, Santiago del Estero, Mendoza, Formosa, como así también, a organizaciones políticas de diferentes corrientes. El objetivo fue establecer puntos de encuentro para debatir aquello que tiene que ver puntualmente con la actual coyuntura política, económica y social: la propiedad de la tierra y el desarrollo de un modelo agrario, muy distante al que hoy por hoy se sustenta en el monocultivo de soja transgénica para exportación.

Este pre – encuentro también sentó las bases para lo que será la V Conferencia internacional de Vía Campesina (organización internacional que nuclea a movimientos campesinos de todo el mundo), en el mes de octubre y que se desarrollará en Mozambique y la reunión de la región Cono Sur, que tendrá lugar en nuestra ciudad entre el 12 y 14 de agosto y donde asistirán delegados de los países sudamericanos y de vía campesina argentina para ajustar las posiciones regionales para la conferencia internacional. Además, del 10 al 12 de agosto se desarrollará la Escuela latinoamericana de formación Mujeres campesinas y Seminarios de participación abierta sobre: Soberanía Alimentaria y reforma Agraria, Territorio como conflicto, Agrocombustibles y cambio climático.

Reclamos campesinos

“Tengo el pecho hinchado por este encuentro”, apunto Angel Strapazzon en diálogo con enREDando. Los principales movimientos de Argentina – Movimiento Nacional Campesino Indígena, Frente Nacional Campesino, creado recientemente, y las históricas Ligas Agrarias- estuvieron presentes en el salón del Sindicato de Prensa Rosario, debatiendo, compartiendo experiencias y delineando perspectivas conjuntas para asentar los reclamos en el debate actual. “Estamos dando un puntapié, este es un proceso que va a llevar un tiempo. Lo más urgente es tener un grupo de compañeros que trabajen todos estos días para que el Parlamento reciba realmente a los que somos del campo, no a los que viven del campo, que se enriquecen y lucran con el campo. Lo más urgente es que no podemos estar ausentes en el debate parlamentario”, explicó Angel, referente del Mocase Vía Campesina.

El principal reclamo tiene que ver con impulsar seriamente la Ley de Bosques, aprobada en noviembre del año pasado y motorizada por el diputado Miguel Bonasso, “que se paren los desmontes en la Patagonia, en el Gran Chaco Americano, en el NEA, hasta que las provincias no cumplan la reglamentación de ordenamiento territorial”. También, desde los movimientos campesinos promueven la sanción de diversas leyes campesinas para lograr la aprobación de una moratoria a los desalojos de las comunidades, como le fue aprobada a los Pueblos Originarios.

Asimismo, cada movimiento apuntó sus propios reclamos, aunque todos ellos coinciden, por un lado, en la imperiosa necesidad de establecer un modelo agrario diferente al actual, denunciando a viva voz – aunque sean abucheadas en el Parlamento - la realidad cada vez más preocupante de las comunidades y del avance sojero- y por el otro, en la falta de representatividad de Federación Agraria. “No es posible que la plata del programa que manejaba Federación Agraria Argentina en el INTA, en el programa social agropecuario, en el foro de organizaciones de agricultura familiar, no es posible que la manejen quienes no nos representan”.

Este es un aspecto fundamental del reclamo y también de los diversos comunicados de repudio ante el lockaut patronal que emitieron los movimientos campesinos durante estos 100 días. Al respecto, Strapazzon señaló que “los pequeños productores son capitalistas que hacen agro-negocios. Básicamente el modelo del pequeño productor de la FAA aprueba, consensúa, ideológica y económicamente, por tanto políticamente, con los agro-negocios.”

“Las llamadas "entidades del campo" (SRA, CRA, FAA y CONINAGRO) solo pronuncian los dictados de los agro-negocios. Su símbolo actual es la soja transgénica, que por su alta rentabilidad ha devastado bosques, desalojado comunidades campesinas e indígenas, contaminado suelos y aguas, y aumentado los precios de los alimentos en el mercado interno. Nuestras comunidades se ven diariamente amenazadas por matones y topadoras que responden a esta política del "campo"”, expresó el MNCI en un comunicado emitido el pasado 26 de marzo.

También, desde el Mocase expresaron que “durante el paro patronal, se utilizó como punta de lanza la situación de un “pequeño productor” con 100 hectáreas. En términos puramente económicos: cada hectárea se alquila a 200 pesos por mes, 20 mil pesos cada treinta días, 240 mil pesos al año sólo por alquilar su tierra. Si este propietario es “pequeño productor”, ¿cómo debiera llamarse a una familia campesina o indígena con veinte hectáreas, cien chivas y huerta para autoconsumo?”.

Detrás de la semilla

Este modelo de agro-negocios es el que ha llevado a desalojar a familias campesinas enteras, que sobreviven y resisten en los rincones de los montes que aun perduran frente al avance depredador de la semilla transgénica, creada y patentada por Monsanto y que, al mismo tiempo, es resistente al herbicida fabricado por la propia Monsanto. “Los agro-negocios basados en la soja transgénica desalojaron en los últimos diez años, a 300.000 familias de campesinos e indígenas que fueron a engrosar los contingentes de las villas miseria. (…) El avance de la soja obligó a desmontar 1.108.669 hectáreas de bosques en cuatro años. (…) Las compañías que se han beneficiado con el negocio sojero son, por supuesto, Monsanto, pero además Dupont, Syngenta, Bayer, Nidera, Cargill, Bunge, Dreyfus, Dow y Basf, entre otras”. (Fuente: Página 12, domingo 29 de junio de 2008, p 13).

De estas compañías muy poco se ha hablado. Ni el gobierno ni el llamado “campo”, representado por entidades agropecuarias, entre las que aparece la Sociedad Rural Argentina, socia, cómplice y beneficiaria del modelo de exclusión social y genocidio operado a partir de los años de la dictadura a esta parte, han denunciado la operatividad y las ganancias extraordinarias de éstas empresas, verdaderas responsables de los desmontes, desalojos, apropiación de recursos naturales y contaminación de la tierra y el agua.

Y esto preocupa porque, precisamente, es lo que aparece silenciado intencionalmente en el debate de este conflicto. “Nosotros creemos que el gobierno, como muchos de los argentinos, en gran parte tiene una gran ignorancia de lo que es la cuestión campesina verdadera, el verdadero campesino, trabajador y productor de alimentos de la tierra. Campesino es el que pone las manos en la tierra, no Luciano Miguenz. El grupo familiar trabaja directamente la tierra. Es más, en los predios, en los lotes de estas cuatro entidades agropecuarias, gran parte la hacen empleados, trabajadores rurales, y se niegan, la misma FAA, se niega a reconocer derechos laborales, seguridad laboral al peón rural”, denuncia Angel, un militante que desde hace años recorre y pone el cuerpo en la lucha campesina de Santiago del Estero.

Por otra parte, hay un aspecto que viene siendo denunciado sistemáticamente por los campesinos: la utilización de un agrotóxico como es el glifosato o, como se lo conoce comercialmente, el Round-up, herbicida fabricado por Monsanto. “(…) El modelo agrario transgénico, implantado desde 1996 en que se habilitaron para su comercialización las primeras semillas de Soja RR – Roundup Ready, resistentes al glifosato- ha provocado una fuerte agriculturización en las mejoras tierras de nuestro país con fuertes desplazamientos y desalojos de poblaciones campesinas, de la ganadería y de otras producciones como la apicultura, la artesanía y otras formas de producción relacionadas con el manejo sustentable del medio ambiente. (…) A ello se debe agregar el grave daño a la salud y a la tierra de las comunidades campesinas que son fumigadas indiscriminada e impunemente con los agrotóxicos que acompañan el cultivo de las semillas transgénicas.” (Documento del Frente Nacional Campesino, publicado en el suplemento CASH, Página 12, domingo 29 de junio de 2008, p 2).

Por su parte, en otro documento emitido por las organizaciones campesinas se afirma que en éste último año, “los campos argentinos fueron rociados con 165 millones de litros de glifosato, denunciado por causar malformaciones a recién nacidos, abortos espontáneos, cáncer y muerte. Las acusaciones apuntan a la mayor semillera del mundo: Monsanto.” Pero claro, de esto no se habla.

En este sentido, vale mencionar algunos datos estadísticos que denuncia, en este caso, el Mocase Vía Campesina. “Lo reiteramos una vez más: el sistema de la SD-sojaRR-herbicida glifosato, destruye 4 de cada 5 puestos de trabajo existentes y sólo crea un puesto de trabajo cada 500-600 has, siendo sólo viables y autosuficientes para este sistema, las explotaciones que superan las 500 has según la región agroecológica. Por el contrario, la economía familiar genera 35 puestos de trabajo genuinos por cada 100has. Pero el gobierno debe saber que salir de la sojización implica antes que nada, redistribuir la tierra y repoblar el territorio nacional devastado por el pequeño poroto”. Esto es lo que, fundamentalmente, se le exige actualmente al gobierno nacional.

El formidable negocio de la soja RR ha avanzo sideralmente desde que fue autorizada por el gobierno de Menem en 1994, destruyendo la biodiversidad de cultivos, producciones y suelo, a causa, entre otras cosas, del sistema de siembra directa.

Tierras concentradas

6900 propietarios son dueñas del 49.7% de la tierra productiva del país y según el Censo Agropecuario de 2002, 936 terratenientes poseen 35.515.000 Has (casi toda la superficie en cultivo), un promedio de 38.000 has c/u. Por el contrario 137.021 agricultores poseen sólo 2.288.000 has, con un promedio de 16.7 has c/u, sostienen en un comunicado desde el Mocase, al tiempo que se denuncia, como realidad inocultable, la enorme cantidad de trabajadores en negro que posee el sector rural. “Son echados sin indemnización y contratados en negro cuando se los necesita, muy poco tiempo por cierto. El hecho que las dos terceras partes de los trabajadores vinculados a la sojización trabajen en negro, tiene que ver a su vez con las necesidades de un negocio que evade impuestos o se realiza mayoritariamente en negro”.

La propiedad de la tierra, hoy en manos de los grandes pooles sojeros, es el debate ausente que impulsa el movimiento campesino en su conjunto, como un aspecto nodal para desarrollar un modelo agropecuario basado en la agricultura familiar. “Nosotros estamos de acuerdo con las retenciones, en la medida que no sea una herramienta de acumulación de poder político para unos pocos”, afirma Angel.

“Creemos que el mejor mecanismo que tiene la Argentina toda de indemnizar los inmensos daños de violación a los derechos humanos que ha hecho el modelo sojero contra miles de familias campesinas, con niños muertos, asesinados, golpeados, encarcelados, mujeres, ancianos, la mejor manera es que por lo menos el 50% de las retenciones sea para poner en marcha un desarrollo rural de la agricultura campesina y de los pueblos originarios”.

Por su parte, desde el Frente Nacional Campesino sostienen que es necesario plantear, a través de políticas de Estado, una seria “defensa de los recursos naturales, sociales, culturales y ancestrales como forma de vida y continuidad de nuestra historia en el fortalecimiento de nuestras economías regionales, la diversificación de la producción, la creación de bancos de semilla y el desarrollo de canales de comercialización alternativos. Nos asumimos como genuinos representantes del sector de los pequeños productores campesinos de la Argentina.”

“Nosotros garantizamos que si esa plata fuera a nosotros y nosotros trabajáramos con los municipios en salud, educación, producción y tecnología renovable, garantizaríamos los alimentos de los argentinos, para que nunca más los pooles de siembra y los grandes conglomerados manejen los precios de alimentos”, apunta Strapazzón. A esto refieren fundamentalmente todas las comunidades cuando defienden, con la vida misma, el concepto de Soberanía Alimentaria. “A nosotros no nos interesa exportar. Queremos vender todo al pueblo argentino, y sino hubiera intermediarios y nosotros tuviéramos nuestras propias ferias francas y de mercado, te puedo asegurar que al consumidor le llega hasta un 70% menos hoy los alimentos.”

Suena a utopía, pero el temperamento y la convicción de los campesinos, unidos a pesar de las diferencias, entusiasma y moviliza hasta al más pesimista. “La expectativa que se abre es correlación de fuerza y acumulación de poder de lucha transformadora. Estamos todos juntos los campesinos indígenas. Guarda, asústense en serio, ahora sí, vamos por ellos, por los poderosos de la guita. Ellos decían que iban por el gobierno, nosotros vamos por ellos. Por ambos, si es necesario.” www.ecoportal.net

domingo, 6 de julio de 2008

El "nene" sigue en casa

Cuando los padres colaboran a que “el nene” siga en casa

La permanencia de los hijos en el hogar a una edad en la que, se presume deberían haberse independizado es un fenómeno relativamente nuevo. Sin embargo, en algunas ocasiones, tiene cierto sustento o respaldo en uno más antiguo: el Síndrome del Nido Vacío.

Este último refiere a los trastornos que les genera a algunos padres la partida de sus hijos. Así es que, en muchos casos, la imposibilidad o la decisión de no irse de casa de estos “jóvenes” va acompañada de un determinado esquema familiar en el que padre, madre o ambos también prefieren evitar su partida y con ese objetivo intentan darles “una vida de reyes” a sus hijos, sirviéndoles en distintos planos, ya sea haciéndoles la comida, lavándoles la ropa o acomodándoles la habitación.“Del lado del adolescente, ya adulto, está la idea del ‘no me quiero ir a vivir solo porque no voy a poder’ y del lado de los adultos es que no se quieren quedar solos, lo que se conoce como el síndrome del nido vacío.

Entonces esto a veces tiene un provecho mutuo, no sólo para el adulto que no se quiere ir sino para el padre que quizás no tolere ese espacio vacío”, apunta a Info Región la psicóloga Alejandra Libenson, especializada en crianza y vínculos familiares. Lo cierto es que cuando los hijos comienzan a tomar vuelo propio para dejar el nido se plantea uno de los momentos más difíciles para aquellos padres que han construido su proyecto de vida sobre la base de una familia regular. “Los padres tampoco colaboran a que los jóvenes logren independencia porque temen al síndrome del nido vacío”, coincide Analía Mitar, psicóloga especialista en crianza y familia, y da unos parámetros de este mal que, si bien es pasajero, “aqueja a un 80 por ciento de los padres”.

“Muchas veces, a pesar de los conflictos familiares o de pareja, la convivencia se sostiene porque están los niños presentes. Cuando los chicos se van de la casa ¿qué sostiene esta pareja?, ante esa situación, que genera mucha angustia, es preferible seguir sosteniendo al niño, que es un adulto pero tiene este lugar de chico, porque les permite seguir hablando con su pareja. De esta manera, tampoco facilitan sino que boicotean esta salida”, indica la profesional

En tanto, Libenson vuelve a remarcar el nexo entre los padres que buscan brindarles todas las comodidades a sus hijos para que no se vayan de casa con la decisión del hijo de quedarse ahí hasta que, justamente, le sea cómodo. “Si hay mucha comodidad y el lugar donde está viviendo le ofrece todo servido, difícilmente esa persona se cuestione el irse de su casa, porque está cómodo inserto en un sistema cerrado. Si hay incomodidad, en cambio, este se plantearía la idea de irse a vivir solo”, asegura la psicóloga y advierte: “Si sigue siendo tratado como un niño, cuidado de la misma manera, desde ese lugar, es porque hay un enganche de ambos lados y al joven no le da ganas de crecer. Por eso recomiendo a los padres de hijos adultos generar espacios donde les dé lo mismo que esté o no esté porque ellos también deben tener su necesidad de volver a estar solos".

sábado, 5 de julio de 2008

Betancourt llegó a Francia

Betancourt llegó a Francia

La ex rehén franco-colombiana fue liberada el miércoles, después de seis años y cuatro meses en poder de la guerrilla colombiana de las FARC.

Francia - "Toda Francia está feliz", declaró el viernes el presidente francés Nicolas Sarkozyy al recibir a la ex rehén franco-colombiana Ingrid Betancourt en el aeropuerto militar de Villacoublay, al suroeste de París.
"Toda Francia que está impresionada por la manera como usted vuelve, con esa sonrisa, con esa fuerza, es toda Francia que admira su dignidad", agregó el mandatario francés a la ex rehén francocolombiana.

Tras dar una conferencia de prensa, Betancourt, en un acto en la alcaldía de París, bajó la foto gigante que pedía su liberación.

La ex rehén francocolombiana Ingrid Betancourt llegó al aeropuerto militar de Villacoublay, al sur de París, a bordo del avión presidencial francés proveniente de Bogotá, constataron periodistas de la AFP.

Una vez que el avión se detuvo en la plataforma del aeropuerto el presidente, Nicolas Sarkozy, avanzó hasta la escalerilla acompañado de su esposa Carla Bruni, para recibirla.
Ingrid Betancourt apareció sola en la puerta y bajó la escalerilla lentamente antes de ir a abrazar sonriente al jefe del Estado y a su esposa.
Poco después bajaron los hijos de la ex rehén, Melanie y Lorenzo, su hermana Astrid, su madre Yolanda Pulecio y el padre de sus hijos Fabrice Delloye.
Luego descendió del avión el canciller francés, Bernard Kouchner, quien había hecho el viaje de ida y vuelta en el avión presidencial francés.
La ex rehén franco-colombiana fue liberada el miércoles, después de seis años y cuatro meses en poder de la guerrilla colombiana de las FARC.
AFP

jueves, 3 de julio de 2008

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Antropología y Arqueología

LA PROBLEMATICA DE LA IDENTIDAD EN EL CRUCE DE PERSPECTIVAS ENTRE ANTROPOLOGIA E HISTORIA. Reflexiones desde el campo de la etnohistoria
Guillermo Wilde *

* Adscripto a la Cátedra "Sistemas Socioculturales de América II"; Instituto de Ciencias Antropológicas. Sección Etnohistoria. Facultad de Filosofía y Letras. Universisdad de Buenos Aires. E-mail: cepa@wamani.apc.org

"...no ethnography can even hope to penetrate beyond the surface planes of everyday life, to plumb its invisible forms, unless it is informed by the historical imagination that is, of both those who make history and those who write it". John & Jean Comaroff

En la Antropología tradicional, puede reconocerse una preocupación por aprehender totalidades socioculturales integradas. Se partía del supuesto de que una sociedad regulada por instituciones era descriptible en forma completa desde un abordaje sincrónico que tratara de reflejar los modos de vida en un momento de la historia (la estructura social de la sociedad estudiada). Hoy en día, es difícil sostener las mismas afirmaciones sin el riesgo de caer en concepciones simplistas y excesivamente estáticas. Por su parte la Historia monopolizaba la diacronía y el manejo de documentos con el objetivo de recuperar los cambios; el curso de los hechos, sus proyecciones y sus consecuencias. En muchos casos esta tarea se banalizaba al quedar relegada a una mera construcción de cronologías. El olvido del contexto en el que los documentos eran producidos, sumado al hecho de que se efectuaban lecturas acríticas del lugar social de quién los produjo, no permitía decodifícarlos con claridad. El campo de la etnohistoria ha prestado especial atención a estas falencias metodológicas y ha tratado de utilizar los elementos más rescatables de ambas disciplinas, combinando y conciliando dos campos tradicionalmente separados. En este trabajo nos proponemos dos objetivos básicos. En primer lugar, hacer un raconto de lo que se presenta como tendencia contemporanea dominante en los estudios sobre la temática de la identidad, a nivel mundial.


Como veremos, en los trabajos más recientes se presenta una corriente que pone énfasis en procesos de cambio social como determinantes de configuraciones identitarias. Esta dimensión temporal-procesual, no había sido considerada en los estudios tradicionales -nos referimos básicamente a la mayoria de los trabajos anteriores a la década del setenta-. La tendencia hoy en auge, se caracteriza entonces, por los esfuerzos en recuperar la historia. Importa aclarar que en adelante, el término "historia" será entendido aquí en dos sentidos: en tanto que dimensión espacio-temporal del cambio en la dinámica social -es decir como proceso- y también en el sentido de disciplina social -específicamente la Historia social-. En segundo lugar, trataremos de presentar algunas problemáticas teórico-metodológicas del campo de los procesos de formación de identidad, centrándonos en dos en particular: una de ellas es la confrontación aún no conciliada entre la dimensión psicológica (personal) y la sociológica de la identidad; otra es la referida a la reproducción social en el enfrentamiento de contextos globales y contextos locales. Ambos nudos problemáticos son recortes analíticos delimitados a partir de la recurrencia con que aparecen en la discusión teórica sobre la formación de la identidad. A su vez, éstos son suscitados de manera frecuente como interrogantes en estudios de caso.

El paso siguiente será tratar de vislumbrar posibles salidas para estas cuestiones, a partir del análisis de algunos enfoques y estrategias de investigación recientes en el campo interdisciplinario de la etnohistoria. Nos apropiaremos entonces de estudios de caso en su mayoría del área andina, que reflejan dos tipos de acercamiento a la realidad social del pasado colonial: la larga duración y la corta duración. Ambos casos responden respectivamente a dimensiones macro y microsociológicas de la historia, que aunque a diferentes escalas, hacen alusión a procesos de cambio. Comparando ambas estrategias podremos arribar a alguna conclusión respecto de sus ventajas y sus desventajas. Para finalizar el recorrido, nos referiremos brevemente, con trabajos específicos, a la fertilidad de los estudios interdisciplinarios y más en particular a la relación entre historia y antropología, que adquiere cada vez mayor importancia en la medida en que las líneas separatorias que definían los límites entre estos campos disciplinarios se abren y se desdibujan produciendo una ampliación del horizonte cognoscitivo.

LOS CAMBIOS DE ENFOQUE EN EL ABORDAJE DE LA IDENTIDAD
La crisis teórica en el contexto de la posmodernidad. La recuperación de la historia: la identidad como proceso.El camino del constructivismo.

Si hay algo característico de la producción contemporánea en la temática de la identidad, eso es sin duda, el rechazo de las tradicionales formas de abordar el tema, que estaban teñidas de un esencialismo que obsturaba procesos concretos de producción-transformación de identidad y relegaba la cuestión del cambio, al quietismo de etiquetamientos estancos y ahistóricos. Este tono de debate, pudo ser detectado con una variación en su intensidad en la mayoría de los trabajos de fines de los 80, principios de los 90 que hubo oportunidad de analizar para este ensayo. A menudo se califica al mismo concepto de identidad como vago y tendiente a generar ambigüedades teóricas, que por un lado homologan lo social a lo individual, y por otro, no tienen en cuenta el carácter constitutivo y constituyente de las relaciones sociales en los procesos de formación de identidad (Trinchero 1994).

Este ejercicio, que podría caracterizarse como una permanente condena seguida de un intento de exorcización de cualquier resabio esencialista, tiene larga data y abreba en fuentes que, como punto de partida se localizan aproximadamente en la década del setenta. Hoy en día, podría decirse que esta es una práctica muy afianzada en todo cuerpo teórico-metodológico que se digne de ser serio -en el sentido de respetar el conocimiento previamente producido y es predominante en la producción contemporanea tanto local como mundial. De Barth a esta parte, se ha producido una rápida dinamización de categorías relacionadas con la identidad, por lo que es común ver una operación constante de flexibilización de conceptos. Se trata de liberarlos del lastre de la fijación inamovible y prístina de límites, a la que tradicionalmente habían estado ligados. Según Trinchero (1994), en este afán por fijar límites, se llevaban a cabo tres operaciones metodológicas tomadas de la arqueología clásica: detección, clasificación-comparación, reconstrucción. El mundo en cambio permanente y acelerado en el que vivimos revela a cada momento la falta de operatividad que presentan los conceptos de las ciencias sociales. Y mucho más en un campo tan dinámico como el de la identidad. La consecuencia es un replanteamiento radical en el terreno del saber.

Dentro de la antropología la crisis de conceptos clave tales como el de "cultura" o el de "etnografía", se acentúa con la desconfianza que hacia ellos se ha producido en el contexto del desconstruccionismo y la crítica posmoderna (Comaroff, J&J. 1994). Pero, el cambio en el mapeo, tiene que ver con un cambio en el territorio que trata de representar. En este sentido, son bien conocidos los cambios planetarios que han dado origen a un estado de emergencia y de crisis en las predicciones de la ciencia tradicional:
"Developments such as the rise of global comunications and mass-media, the internalization of the division of labor, the revolution in world wide patterns of consupmtion, the commodization of popular culture, and the dissolving of neat political and ideological boundaries around societies and cultures (accompanied by a renaissance of nationalism and ethnicity) had severely taxed the trusty old analytic toolkit..." (Comaroff, J. & J. 1994: II)

En un trabajo reciente de G. Marcus (1994), dedicado a sistematizar los pricipales enfoques teóricos sobre la identidad de las últimas tres décadas, el autor se refiere a la crisis de las metateorías, específicamente el marxismo y el estructuralismo, que por su carácter omnisciente y abarcativo, fracasaron en el intento de hacer predicciones sobre la realidad social. En la actualidad, a su parecer, la tendencia es la contraria:
"The hope for change within the framework of world capitalism has downisized from attention to revolutionary process or mass social movements and upheaval to a closely observed inspection of the subtle things of everyday life -in other words, to the microscopic processes that constitute a politics of identity" (Marcus, 1994: 10)

Al mismo respecto, Levi (1994) señala:
"...lo que se ha puesto en duda ha sido la idea del progreso constante a través de una serie uniforme y predecible de etapas en las que, según se pensaba, los agentes sociales se ordenaban de acuerdo con solidaridades y conflictos que, en cierto sentido, estaban dados y eran inevitables" (Levi, 1994:120)

En el artículo de Marcus ya mencionado, se hace referencia a los mecanismos que diferentes estudios sobre identidad vienen implementando para rediseñar las estrategias de investigación y de escritura. La tendencia está caracterizada por una concepción de las identidades (individuales y colectivas) no como naturalmente dadas sino como constructos. En ese sentido se viene profundizando la linea que se inicia en los 70 con los estudios precursores de Barth y del interaccionismo simbólico (de tintes constructivistas). Aunque diversificados, los estudios pueden reunirse según Marcus, en tres tipos de abordaje que han elegido tanto la antropología como la Historia social para tratar sobre la formación de la identidad. En primer lugar se encuentra la expresión de rechazo al esencialismo, a partir de aproximaciones que entienden a la identidad como proceso abierto y ambiguo. En posturas más radicales, se reemplaza la vieja premisa sociológica de los individuos integrados al sistema, por la de un sujeto fragmentado y múltiple. En segundo lugar, se va más lejos diciendo no sólo que la identidad es construída, sino concientemente inventada en una forma motivada por intereses.

Este punto muy relevante por cierto, se ha incorporado rápidamente en nuestro medio académico. Ciertos autores claramente se inclinan por concebir la identidad como una entidad de carácter conciente, instrumentada para la delimitación de los campos nosotros-otros. Gorosito Kramer (1992) enuncia cuatro características básicas de las manifestaciones concretas de identidad: plausibidad, convencionalidad, conciencia y actualidad. Agregamos que el acento puesto en lo conciente permite descongelar el concepto de identidad; desnaturalizarlo ("desapriorizarlo", si la palabra es permitida).

En último lugar y tomando como supuestos los dos puntos anteriores, que la identidad es conciente e inventada, Marcus reúne bajo el título de "Resistance & Accomodation Narrative" a los estudios en los que la identidad es determinada en última instancia, por los esfuerzos de los sujetos para resistir y adaptar sus situaciones históricas específicas a partir de estrategias. En este punto, es donde el componente político de la identidad aparece con claridad. Al respecto, Gorosito Kramer sostiene que la identidad es una categoría eminentemente política, por lo menos en algunas de sus expresiones. En este sentido es que está disponible para la manipulación en la justificación de prácticas sociales, "deviene ella misma práctica social" (1992:146). Esto nos da pie para preguntarnos sobre la posibilidad de insertar las relaciones sociales en los procesos de identificación y de discutir la legitimidad de hablar en términos de "clases sociales".

El resultado sería una ampliación del concepto de identidad, como un proceso constituido sobre diferentes bases, (no solo la étnica) que actúan simultáneamente. Como lo plantea Trinchero (1994), la "etnicidad" sería una manifestación de estos procesos. Tomando como partida estos supuestos, la identidad respondería a condiciones socioeconómicas, políticas e históricas específicas. La orientación que han tomado los estudios sobre identidad en los últimos años, es entonces la de analizar procesos complejos con categorías más flexibles y que a veces no reniegan de su ambigüedad. Esto tiende a convertir este área en un terreno sinuoso y a menudo confuso. En ocasiones presenta problemas que por sus inherentes contradicciones parecieran no tener salida por lo menos en el plano teórico. En relación a este problema, J. & J. Comaroff afirman:
"...the human world, post-anything and everything, remains the product of discernible social and cultural processes: processes partially indeterminate yet, in some mesure, systematically determined; ambigous and polyvalent, yet never utterly incoherent or meaningless; open to multiple constructions and contest, yet never entirely free of order or the reality of power and constraint" (1994:XI)

A partir de esta cita, puede inferirse cierta tendencia a rechazar las polaridades simplificadoras y excluyentes, y a reemplazarlas por procesos complejos y fluídos. Aquí es donde el terreno de la identidad se torna muy resbaloso para quién desee trabajarlo. Sobretodo si se considera que tradicionalmente hubo un sesgo fuertemente demarcatorio. Otra fuente de confusiones, suele venir también, debido a la imbricación del fenómeno de la identidad con factores de tipo ideológico-político en el campo académico de la producción del conocimiento. De hecho, lo que hemos tratado de caracterizar como el desplazamiento desde definiciones ontológicas ("esencialistas") a concepciones constructivistas, tiene que ver con el cambio del contexto y de las condiciones en que el conocimiento era producido. Esto podría calificarse como un proceso que implicó (y está implicando) la transformación de las relaciones sujeto-objeto de la investigación y poder-saber.

En este sentido, Marcus (1994) en su artículo alude a la "reconstitución" de la identidad tanto de los sujetos -objeto de investigación ("the observed") como la del investigador o analista ("the observer"). Ambas identidades se encuentran mutuamente implicadas en el proceso de conocimiento. En lo que concierne a los sujetos etnográficos, son reconstituidos a partir de procesos mundiales de desterritorialización. Es decir que su identidad ya no es construída a partir de un territorio, o de una "comunidad" localizada. Por otro lado, la construcción del presente toma como elemento principal a la memoria, que posee un peso específico mayor que el de cualquier narrativa histórica organizada linealmente. Simultáneamente, la multiplicidad de voces en el discurso social, impide aplicar estructuras simplificadoras como las de la etnografía tradicional.

Del lado del analista, se impone una práctica reflexiva, respecto de su propia identidad en el proceso de producción de conocimiento. Esto da cuenta de un cambio de mirada; del borramiento de la mirada omnisciente ("omniscient eye") y de la forma como las relaciones sujeto-objeto eran concebidas. El reconocimiento de la mutua implicación entre ambas identidades abre camino a la participación de las voces silenciadas. Estos elementos nos son útiles para subrayar, nuevamente, el papel de la historia en los estudios sobre identidad. En efecto, hablar de procesos, es incorporar una perspectiva diacrónica, para comprender los fenómenos sociales.
El interés por la "historia", coincide con una confluencia disciplinaria múltiple, en donde ciertamente, la Historia social, tiene un papel fundamental.
La participación de otras disciplinas sociales con sus aportes en perspectivas y marcos teórico-metodológicos, potencia más aún la eficacia del enfoque. Los cambios de perspectiva en estudios contemporáneos sobre identidad, están influyendo en la mirada que se dirige a los procesos sufridos por sociedades del pasado. En este sentido, es importante observar tanto los desarrollos que están llevando a cabo disciplinas como la etnohistoria, como también la apropiación que la antropología hace de los aportes de trabajos históricos, en un intento desesperado por no quedar acotada a espacios sin tiempo, con los que tradicionalmente se identificó. Llama la atención en particular el producto de esta fusión entre la antropología , una disciplina tradicionalmente relegada a cortes sincrónicos, y la historia social, preocupada convencionalmente por la diacronía. Auge (1995) nos permite esclarecer la relación:
"...si el espacio es la materia prima de la antropología, se trata aquí de un espacio histórico y si el tiempo es la materia prima de la historia, se trata de un tiempo localizado y, en este sentido, un tiempo antropológico" (Auge, 1995:20).

Nuestras colonias de inmigrantes

Rincón GauchoTras los pasos de los colonos irlandeses

La periodista Virgina Carreño brindó una charla en la que repasó el aporte de los inmigrantes al campo argentino

lanacion.com | Campo | S�bado 16 de mayo de 2009

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En este nuevo blog intentaré dejar plasmado mis trabajos en pintura. Gracias por ser parte de él.