martes, 5 de junio de 2012

Dia Mundial del Medio Ambiente

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Este  martes 5 de Junio en el mundo entero se celebra, como cada año desde que fuera establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1972, el Día Mundial del Medio Ambiente. 
 
Ese mismo organismo, lejos de cumplir con sus compromisos fundacionales y más lejos aun de haberse convertido en lo que el mundo necesitara de él, poco y nada ha hecho por detener esta loca carrera humana por destruir el planeta.
La situación ambiental que vivimos, es realmente crítica. La degradación del ecosistema global aumenta a pasos mucho más acelerados de los previstos por todos los cálculos científicos, debido principalmente al sistema economicista, que intenta satisfacer las necesidades del mercado y no las de las personas, en el que se ha basado el desarrollo de la sociedad humana durante las últimas décadas.
Aumento de la producción y consumo de bienes y servicios, generando necesidades innecesarias a quienes las puedan pagar y a quienes no también. Disminución del gasto público (educación, salud, cultura, medio ambiente, etc.). Revolución verde, bonos de carbono, y ahora Economía Verde, son todos diferentes nombres para seguir con la misma receta, la que convirtió en multimillonarios a los millonarios, en dueñas del mundo a las trasnacionales, en prestamistas usureros a los países del primer mundo y deudores morosos eternos a los que ellos llaman subdesarrollados. Una receta hecha para beneficio del 20% de la población mundial, que perjudica al otro 80%, a la gran mayoría. Y deteriora el planeta rápidamente por su inmensa rapacidad.
También ha transformado a los pobres en hambrientos y sedientos y está en camino de convertir en una ciénaga envenenada e inhabitable a la mayor parte de este jardín del edén que fue el planeta Tierra.
No es muy difícil entender que el “desarrollo” no puede ir en desmedro del medio ambiente. Porque si el desarrollo no es ambientalmente sustentado, si no tiene por objetivo que todos podamos tener una vida digna, si en pos del desarrollo destruimos, reducimos la diversidad biológica, contaminamos y enfermamos al planeta, no estamos en un proceso de desarrollo sino de retroceso, y éste nos llevará a la autodestrucción.
Y allí estamos los pueblos y sus movimientos sociales, la resistencia. También creciendo a grandes pasos, globalizando de la lucha, en continua unión de esfuerzos en pos de intereses comunes. Aprendiendo que la unión de voluntades es mucho mas que la suma de estas actuando por separado. Conociendo las diferentes caras de un enemigo que compartimos con el planeta.
Participando, movilizándonos, solidarizándonos, concientizando y creciendo en calidad y cantidad. Imaginando y construyendo alternativas.
Tratando de educar a nuestros niños desde pequeños con una conciencia más ecológica y solidaria, con profundos valores de cuidado, respeto y defensa de Naturaleza y promoviendo un cambio de actitud hacia los temas ambientales, para ponerlos en el centro de los debates, para que sean parte de nuestra vida cotidiana, para que se los incluya y trabaje sobre ellos en las plataformas políticas y para que los gobiernos no tengan otra alternativa que incluirlos en su agenda y construir, junto con las Organizaciones de la Sociedad Civil un mundo mejor para todos.
El Día del Ambiente es importante para poner en el centro de la escena esta lucha que venimos llevando adelante durante los 365 días del año. Participemos en los eventos que se han programado en cada lugar y aportemos nuestro apoyo a esta lucha por un mundo mejor para todos y cada uno de los que lo habitamos. www.ecoportal.net
Ricardo Natalichio - Director EcoPortal.net

miércoles, 9 de mayo de 2012

La Amenaza Climática

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La Amenaza Climática


Todos los países concuerdan en que la temperatura promedio del planeta no debe aumentar más de 2°C sobre el promedio de la época preindustrial; que para lograrlo la concentración de CO2 en la atmósfera no debe superar las 450 ppm, y que en consecuencia las emisiones globales se deben reducir al menos en un 60% para mediados de siglo. Todos concuerdan además en que se dispone de menos de una década para poner en marcha una estrategia que efectivamente conduzca al alcance de tales objetivos. Sin embargo, tras años de fallidos intentos, la última negociación para definir una estrategia internacional en tal sentido, celebrada en Durban, Sur África en Diciembre del 2011, concluyó en un estruendoso fracaso.
Antecedentes
El efecto invernadero es un fenómeno natural que ha permitido el desarrollo de la vida en la tierra como la conocemos. La concentración natural de gases en la atmósfera permite retener parte de la energía calórica que se recibe del sol, manteniendo la temperatura sobre la superficie del planeta en un promedio de 13,5°C, con significativas variaciones de acuerdo principalmente con la latitud, la altura sobre el nivel del mar y las estaciones. Sin el equilibrio natural que produce el manto atmosférico, la temperatura en la tierra sería similar a la de la luna, unos 18°C bajo cero.
El efecto invernadero no es una amenaza a la vida en la tierra. Pero la actividad humana tiende a aumentar la concentración de CO2 y otros gases en la atmósfera. Como consecuencia, atrapa una mayor cantidad de energía calórica solar, elevando la temperatura. Este calentamiento global ya ha producido un aumento en la temperatura promedio de cerca de 1°C, mientras las tendencias actuales apuntan hacia un aumento catastrófico entre 3°C y 5°C para finales del siglo 21. Una temperatura de 2 °C superior al promedio de la era pre-industrial no se ha registrado en la Tierra en los últimos 300.000 años.
El calentamiento global es la principal amenaza a la que se enfrenta la humanidad en la actualidad. Mientras la atención pública se centra en problemas económicos, en la injusticia que mantiene a la mayor parte de la población mundial sumergida en la pobreza, o en las guerras por el control de recursos naturales, el calentamiento global se acelera de tal manera que amenaza el equilibrio planetario y la seguridad de toda la humanidad.
El calentamiento global es consecuencia directa de un modelo de desarrollo basado en el consumo creciente de energía fósil: petróleo, gas y carbón mineral, fundamentalmente. Sobre esta plataforma se desarrollaron y fortalecieron las economías de los países industrializados. Las economías emergentes y los demás países en desarrollo tratan de emular tales procesos en su lucha por mejorar sus niveles de vida y superar la pobreza.
El consumo de combustibles fósiles conduce a la emisión de gas carbónico (CO2) y otros gases a la atmósfera. Aproximadamente la mitad de las emisiones de CO2 es absorbida por los océanos, los bosques y los suelos en los primeros 25 años, pero una tercera parte se mantiene activa en la atmósfera para finales del primer siglo y cerca de un 20% continúa activo durante siglos adicionales. Este es un proceso acumulativo, aumentando cada vez más la concentración en la atmósfera. El CO2 representa en la actualidad tres cuartas partes del total de gases del efecto invernadero emitido anualmente. Las emisiones de los otros gases, metano, óxidos nitrosos y fluoro-carbonos, se miden en términos equivalentes de CO2.
Entre 1900 y el año 2011 se emitieron 1.3 billones (millones de millones) de toneladas métricas de CO2 sólo por el consumo de energía fósil. El 72% provino de países catalogados hoy como “ricos”, “industrializados” o “desarrollados”. El 28% restante provino de países “pobres”, del “tercer mundo”, o “en desarrollo”. Sin embargo, para el año 2010 a los países industrializados les correspondía menos del 18% de la población mundial. Se desprende que a tal minoría, más rica, más industrializada, con mayores recursos económicos y tecnológicos, le corresponde la mayor parte de la responsabilidad por las consecuencias que hoy enfrenta toda la humanidad.
Debido fundamentalmente a estas emisiones, la concentración de CO2 en la atmósfera ha pasado de 285 partes por millón (ppm) a inicios del siglo 20, a 392 ppm en el 2011, contribuyendo a aumentar la temperatura promedio de la superficie del planeta en aproximadamente 1°C.
El nivel del mar
El aumento en el nivel del mar es una de las consecuencias del calentamiento global. Se debe a varios factores, principalmente a la expansión térmica del volumen del agua por su mayor temperatura, al aumento en la cantidad de agua como consecuencia del derretimiento de las masas de hielo polares y de los glaciares alrededor del planeta, y a las alteraciones en la dinámica del agua dulce terrestre por la reducción del nivel freático y el drenaje de humedales. El derretimiento de las masas de hielo que se encuentran en el océano no aumenta el nivel del mar ya que el volumen se mantiene relativamente constante.
El nivel del mar ha aumentado 24 cm desde 1875 y es cada vez más acelerado. En la última década la tasa de aumento (3 mm/año) fue aproximadamente el doble de la del último siglo. Este fenómeno ocurre en paralelo con la acidificación de los océanos y la alteración de los ciclos estacionales del agua. Los océanos absorben cerca del 85% del exceso de radiación solar atrapada por los gases del efecto invernadero, pero debido a que su masa es considerablemente mayor a la de la atmósfera, su calentamiento ocurre más lentamente (NASA).
Según la NASA, la tierra en la actualidad pierde 500.000 millones de toneladas de hielo cada año.
Sólo entre el 2003 y el 2010 se perdieron más de 2 billones (millones de millones) de toneladas de hielo, suficiente para cubrir a toda la América del Sur (17,8 millones km2) con una capa de 12 cm de espesor. Tres cuartas partes del deshielo ocurre en Groenlandia y la Antártida. El resto principalmente en los glaciares alrededor del planeta.
En los últimos 50 años, la temperatura del Ártico aumentó a un ritmo más del doble del promedio global. En el 2011 fue 2.3°C superior al promedio del período 1951-1980. En Septiembre del 2011, el volumen de hielo fue el mas bajo, mientras la superficie cubierta por hielo fue la segunda mas baja, desde que se tienen registros durante esta estación. La superficie cubierta por hielo marino en el Ártico durante el mes de Septiembre se redujo de 8 millones de km2 en 1980 hasta 4,6 millones km2 en el 2011. Mientras que el volumen se redujo de 18 a sólo 5 millones de kilómetros cúbicos en el mismo período (NSIDC - EPI). En septiembre ocurre el final del deshielo, cuando la extensión es la menor de cada año.
También se registran importantes pérdida, cada vez mas aceleradas, en las masas de hielo de la Antártida. En 1994 registraba una pérdida anual promedio de 50.000 millones de toneladas, pero para el 2011 superó las 200.000 millones de toneladas de hielo por año (InSAR/RACMO2, GRACE).
El deshielo tiene un efecto multiplicador sobre el calentamiento global, alimentándose a si mismo. El hielo refleja cerca del 70% de la luz solar y absorbe un 30% como calor. Cuando se derrite, la luz solar incide sobre masas de agua mucho más oscuras, convirtiéndose en un 94% en calor. Al aumentar la temperatura, los océanos emiten CO2. Más CO2 en la atmósfera genera más calentamiento. Se produce así una peligrosa espiral que amplifica el calentamiento global.
Huracanes
Otro de los efectos del calentamiento global es el aumento en frecuencia e intensidad de precipitaciones, inundaciones, huracanes y tormentas. Una atmósfera más caliente contiene más vapor de agua, con su energía latente. Las tormentas tropicales en el Atlántico Norte han efectivamente aumentado de un promedio de 10 por año en la década de los 50, a 15 durante el decenio 1998-2007, con una aceleración sin precedentes en los últimos 20 años.
Las evidencias científicas sobre el calentamiento del sistema climático son tan alarmantes como inequívocas. Según la Academia Nacional de la Ciencia de Estados Unidos, “el calentamiento global reciente no tiene precedentes ni en magnitud ni en velocidad
Ya en el 2005, las Academias de Ciencia de Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, China, India, Italia, Canadá, Japón y Rusia emitieron un comunicado conjunto alertando sobre las causas y consecuencias del cambio climático y haciendo un urgente llamado al G8 para que asumiera el liderazgo de un esfuerzo global para enfrentarlo.
Según la NASA, la última década fue la más calurosa desde que se tienen registros. El período 2001-2011 incluye 10 de los once años mas calientes desde 1880, a pesar de la significativa reducción de la irradiación solar durante este período. El único año de todo el siglo 20 entre los 11 más calurosos registrados desde 1880 es 1998.
La Agencia Internacional de Energía advierte en su evaluación del 2011 sobre las tendencias de la energía global: “el aumento en el consumo de energía fósil conduce a cambios climáticos irreversibles y potencialmente catastróficos”.
El Consejo Internacional de la Ciencia (ICSU), representando 140 academias de ciencia de todo el mundo, señala: “El alarmante aumento en desastres naturales, la creciente inseguridad en el suministro de agua y alimentos y la pérdida de biodiversidad son sólo parte de las evidencias de que la humanidad esta cruzando límites planetarios y aproximándose a puntos de no retorno”.
La magnitud de lo que estamos enfrentando excede enormemente cualquier otra cosa que hayamos enfrentado en la historia de la humanidad” – Dr. P. DeMenocal, Paleoclimatólogo del Lamond-Doherty Earth Observatory.
Steve Hawking: “El peligro yace en que el calentamiento global se vuelva inestable, fuera de control. Necesitamos acciones inmediatas para reducir las emisiones de CO2
Un aumento de temperatura de 2°C sobre la media pre-industrial puede destruir el 97% de los arrecifes de coral en todo el planeta” – Oficina Meteorológica del Reino Unido.
Dr. Paul Epstein, director del Centro para el Ambiente Global de la Universidad de Harvard: “Lo que hace unos años proyectamos que ocurriría en el 2080 está ocurriendo ahora. No pudimos discernir lo rápido y enorme del problema, ni la magnitud con la que afectaría los procesos biológicos
Ocurren actualmente cosas que hace sólo 5 años parecían completamente imposibles, extravagantes, exageradas” – Eric Rignot, NASA.
La inestabilidad climática ha dejado de ser excepción para convertirse en norma. Si las tendencias actuales no se modifican, millones de personas serán afectadas por olas de calor, sequías, inundaciones, tormentas, enfermedades y hambrunas; las ciudades costeras se verán amenazadas por el aumento en el nivel del mar y muchos ecosistemas, plantas y animales serán sacrificados en el altar de la extinción. Cerca de 640 millones de personas viven a menos de 10 metros sobre el nivel del mar Y 150 millones a menos de un metro (SEI 2012).
Desbalance energético
Para el 2011, la temperatura promedio del planeta había aumentado cerca de un grado centígrado (0.84°C). Pero la concentración actual de CO2 en la atmósfera, 392 partes por millón (ppm), corresponde a una variación en temperatura considerablemente mayor, aun tomando en consideración los efectos mitigantes de las emisiones de aerosoles o el aumento en nubosidad, fenómenos que contribuyen a reflejar luz solar. La explicación se encuentra en el desbalance energético en que se encuentra la tierra en la actualidad.
El desbalance energético planetario es la diferencia entre la energía que se recibe del sol y la que se emite. Al emitirse menos energía de la que se recibe, el planeta acumula la diferencia en forma de calor. Investigaciones de la NASA señalan que la retención actual de energía es de 0.58 vatios por metro cuadrado. El total (300 Tera-vatios) es equivalente a 20 veces el consumo anual de energía de toda la humanidad: en el 2010 fue de 15 Tera-vatios.
James Hansen, director del Instituto de Ciencias Espaciales de la NASA hace el siguiente paralelismo: “El desbalance energético actual es equivalente a la energía contenida en 400.000 bombas atómicas, como la lanzada sobre Hiroshima, detonadas cada día, 365 días al año(Hansen, NASA-GISS 2012).
La diferencia entre el máximo y el mínimo de la actividad solar es sólo 0.25 w/m2. El desbalance energético actual supera con creces este valor. El hecho de que se presente justamente cuando la actividad solar se encuentra en mínimo es un indicador de que la actividad solar no es el factor dominante del calentamiento global. Según la NASA, para restablecer el balance energético sería necesario reducir la concentración de CO2 de 390 ppm a 350 ppm.
El desbalance energético actual tiende a reducirse a través de una mayor acumulación de calor en la atmósfera. Al ser mayor la energía que se recibe de la que se emite, se acumula calor. A medida que aumenta la temperatura, el desbalance se hace menor y se tiende así a restablecer el equilibrio. Esto implica que, aún si se suspendieran de inmediato las emisiones de CO2 en todo el mundo, si se dejara súbitamente de consumir petróleo, carbón mineral y gas, si se detuvieran todas las fábricas, los automóviles, los aviones, los trenes y los barcos, si se dejara de producir de inmediato los dos tercios de la electricidad mundial que actualmente proviene de combustibles fósiles, la temperatura promedio del planeta aumentaría irremediablemente al menos 0.7°C adicionales, para nivelarse alrededor de 1.5°C por encima del promedio de la era preindustrial.
La última vez que se presentó una temperatura promedio similar, junto a una concentración de CO2 superior a 380 ppm, fue al final del Pleistoceno, en el período interglaciar Eemiense, el cual se inició hace 130.000 años y se extendió durante 12.000 años. La humanidad nunca ha conocido tales condiciones atmosféricas, cuando el nivel del mar superaba entre 4 y 6 metros al actual y la mayor parte de los glaciares que hemos conocido y que perdemos aceleradamente no existían (GISS, NASA; IPCC). En comparación, los restos mas antiguos del Homo sapiens Cromañón datan de hace sólo 35.000 años.
Desafortunadamente, la realidad es más alarmante. Las emisiones crecen de manera acelerada. Sólo las emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles en el 2010 superaron las 33 Giga-toneladas anuales y tienden a aumentar al menos en un 40% para el 2030, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, 2011). En el año 2010 las emisiones totales de gases del efecto invernadero ascendieron a 52 Giga-toneladas equivalentes de carbono, con tendencias similares de crecimiento.
A pesar de los avances en el desarrollo de energías alternativas, las tendencias actuales conducen hacia un aumento de 3°C a 5°C para finales de siglo, propiciando condiciones planetarias desconocidas por la humanidad, sacrificando buena parte de las formas de vida que hoy conocemos, generando hambrunas y desatando fenómenos climáticos como inundaciones, sequías, huracanes y tormentas con frecuencias e intensidades nunca antes conocidas.
Urge desviarnos de las tendencias actuales para conducir a la humanidad por una senda de progreso que permita desacoplar progresivamente el desarrollo económico del consumo de combustibles fósiles, para fundamentarlo en el uso de energías renovables, libres de emisiones de carbono. Urge igualmente detener a corto plazo la deforestación en países tropicales, en donde se destruyen más de 10 millones de hectáreas de bosques cada año, aportando más de 6.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Urge también revertir la acumulación de CO2 en la atmósfera, a través de iniciativas tales como programas masivos de plantaciones de árboles, o la captura de emisiones de carbono en sus fuentes para su almacenamiento en depósitos subterráneos.
Negociaciones internacionales
El calentamiento global no es un descubrimiento reciente, aunque ha tomado más de un siglo para que la inmensidad de su amenaza haya sido reconocida, conduciendo a un endeble acuerdo mundial para detenerlo. En 1824, en plena guerra de independencia en América Latina, el matemático y físico francés Joseph Fourier describía con sorprendente precisión el efecto invernadero, en un intento por explicar lo que mantiene en equilibrio dinámico la temperatura de la tierra. Fue Fourier quien acuñó el término balance energético planetario, el equilibrio entre la energía que se recibe del sol y la que se emite como radiación infrarroja (calor) hacia el espacio.
Veinte años mas tarde, John Tyndall construyó un espectrofotómetro para medir el calor que gases como el CO2 o el ozono pueden absorber. Pudo demonstrar que los principales gases que forman la atmósfera, como el nitrógeno (78%) y el oxígeno (21%) son esencialmente transparentes tanto a la luz solar como a las radiaciones infrarrojas. Pero otros gases, como el CO2 y el metano, eran opacos: absorbían cerca del 95% de las ondas infrarrojas, acumulando calor “como los ladrillos de una cocina”. Aproximadamente el 50% de la luz solar que incide sobre el planeta llega hasta la superficie, para luego ser re-emitida en forma de radiación infrarroja, una forma de luz de mayor longitud de onda que no podemos ver a simple vista.
A finales del siglo 19, un físico sueco, Svante Arrhenius, amplió las investigaciones de Tyndall para determinar el efecto de cambios en la concentración de CO2 en la atmósfera sobre la temperatura media del planeta. En 1896 publicó los resultados de sus investigaciones: si la concentración de CO2 se duplica, la temperatura debería aumentar 8°F. Un siglo más tarde, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos confirmó que, de duplicarse la concentración de CO2 en la atmósfera con respecto al promedio de la época pre-industrial, para alcanzar las 560 ppm, la temperatura promedio aumentaría 5.4°F (3°C).
Tras años de negociaciones, en 1992 se firma el Acuerdo Marco sobre Cambios Climáticos de la Organización de Naciones Unidas. Hoy, 20 años después, es escaso el progreso para evitar cambios climáticos que pongan en peligro la seguridad planetaria. Sólo las emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles aumentaron 57% desde que se firmó dicho acuerdo, mientras la concentración en la atmósfera aumento de 354 ppm a 392 ppm en el mismo período. Las emisiones del total de gases del efecto invernadero alcanzaron un máximo histórico de 52 Giga-toneladas de CO2-equivalentes en el 2010.
El reto al que se enfrenta la humanidad es dantesco. ¿Cómo se explica entonces la pasmosa inercia en las negociaciones internacionales para encarar tal amenaza? ¿A que se debe la resistencia de los principales países industrializados para asumir medidas correctivas, en proporción tanto con sus respectivas responsabilidades como con sus capacidades tanto económicas como tecnológicas? ¿Por qué se ha creado un enfrentamiento tan evidente entre países industrializados y países en desarrollo en torno a este tema?
Todos los países concuerdan en que la temperatura promedio del planeta no debe aumentar más de 2°C sobre el promedio de la época preindustrial; que para lograrlo la concentración de CO2 en la atmósfera no debe superar las 450 ppm, y que en consecuencia las emisiones globales se deben reducir al menos en un 60% para mediados de siglo. Todos concuerdan además en que se dispone de menos de una década para poner en marcha una estrategia que efectivamente conduzca al alcance de tales objetivos. Sin embargo, tras años de fallidos intentos, la última negociación para definir una estrategia internacional en tal sentido, celebrada en Durban, Sur África en Diciembre del 2011, concluyó en un estruendoso fracaso. Sólo se acordó que para el 2015 se deberá diseñar y acordar tal estrategia, la cual entraría en efecto en el 2020. Ecoportal.net
Estos aspectos son tratados en la segunda parte de este análisis: El Acuerdo Suicida de Durban.
Julio Cesar Centeno, especialista venezolano graduado en las universidades de Nueva York y Syracuse; estudios de postgrado en la Universidad de California - Berkeley. Ha servido como asesor de la Secretaría de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo [UNCED]. Director Ejecutivo del instituto Forestal Latino Americano. Profesor de la Universidad de los Andes. Representante de Venezuela en negociaciones internacionales sobre bosques y cambios climáticos. Investido por el Príncipe Bernhard de Holanda con la Orden del Arca Dorada. Vicepresidente de la Fundación TROPENBOS en Holanda. Miembro del Consejo Directivo del Forest Stewardship Council, FSC. Miembro del Consejo Directivo de SGS-Forestry, Oxford. Profesor visitante del Departamento de Política y Economía Forestal de la Universidad de Viena, Austria (1999). Asesor internacional de ITTO, BID, FAO, WB, WRI, WWF,Tratado de Cooperación Amazónica y otras organizaciones internacionales.

Cambio ambiental global. El boomerang de la especie humana

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 Cambio ambiental global. El boomerang de la especie humana

El cambio climático, la contaminación de la atmósfera y del agua, las transformaciones del paisaje -tales como la deforestación y los procesos de degradación del suelo-; la extinción de especies y el agotamiento de recursos naturales sobreexplotados son factores que han traído consigo un cambio ambiental global que precisa una respuesta urgente y definitiva por parte de las naciones, pero no habra una verdadera solución para el conflicto si no se supera el modelo de desarrollo capitalista.
Los últimos diez años han sido pródigos en noticias sobre terremotos, tsunamis, inundaciones, sequías, olas de calor y de frío, exterminio de especies animales, bosques totalmente devastados. A la par, sabemos que aumenta el agujero de la capa de ozono, se acaban las reservas de hidrocarburos, sube la temperatura de océanos y mares, se derriten los glaciares y la polución produce todo tipo de afecciones a la salud humana.
El sistema de consumo de las sociedades contemporáneas se ha convertido en depredador de todos los recursos ambientales y nos regresa hoy a la génesis de la lucha por la supervivencia. De mantenerse los ritmos de crecimiento económico basados en el saqueo de la naturaleza, puede que nuestros descendientes no encuentren las vías para mantenerse con vida. Sin embargo, los principales causantes de esta situación serán los últimos en verse afectados por sus consecuencias. La desigualdad del mundo contemporáneo hace que sean las naciones y personas más pobres quienes primero sufran los embates de esta acción perjudicial sobre la naturaleza.
El cambio climático, la contaminación de la atmósfera y del agua, las transformaciones del paisaje -tales como la deforestación y los procesos de degradación del suelo-; la extinción de especies y el agotamiento de recursos naturales sobreexplotados son factores que han traído consigo un cambio ambiental global que precisa una respuesta urgente y definitiva por parte de las naciones.
No se trata de una preocupación reciente. En el informe presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987 por la Comisión Brundtland, denominado Nuestro Futuro Común, se presentó el concepto de “Desarrollo sostenible”, apoyado luego en la Cumbre de Río de 1992. Con esto se acentuaba el principio elemental de un desarrollo donde se logren satisfacer las necesidades de la generación presente sin afectar por ello las de la generación del futuro. Ahora bien, llevar a término este paradigma en un mundo donde prima un modelo de desarrollo basado en la acumulación desmedida ha sido prácticamente imposible. Sus consecuencias no han podido siquiera aplazarse, aún cuando existen llamamientos internacionales como la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la Agenda 21, la Declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el Plan de Implementación de Johannesburgo, el Programa de Acción de Barbados para el Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros.
En su intervención en aquella Cumbre de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992, Fidel aseguraba que la especie humana se encontraba en riesgo de desaparecer y responsabilizaba de manera directa a las sociedades de consumo por la atroz destrucción del medio ambiente. La solución avistada por el líder histórico de la Revolución Cubana transitaba por una mejor distribución de los recursos. “Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana”, sentenció.
Efectivamente, se trata de aplicar un enfoque cultural a la sostenibilidad en pos de alcanzar un sistema de pensamiento y de acciones donde prevalezca la armonía con la naturaleza. El modelo cultural de producción, hasta el momento devastador, debe ser sustituido por valores que apunten a una relación más sabia con el planeta. No basta con promover el cuidado del medio ambiente si no se transforma de manera radical la visión del mundo y los principios sobre los que se concibe el desarrollo económico.
Por sólo citar algunas cifras de la acción demoledora de la especie humana, se estima que en el mundo se pierden alrededor de 15 millones de hectáreas de bosques al año, que el 52 por ciento de las pesquerías están explotadas al límite, otro 24 agotadas y solamente el tres por ciento se consideran no explotadas.
Mientras América Latina consume alrededor del 4 por ciento de la energía mundial y África el 2.5 por ciento, entre EE.UU y la Unión Europea consumen alrededor del 58 por ciento de la energía del planeta. El desplazamiento climático ambiental es la primera causa de las migraciones humanas y en 2010 llegaba a 38 millones de personas.
Además, se desperdician a diario millones de toneladas de alimentos, al tiempo que en el África Subsahariana el hambre es una causa de muerte. EE.UU. es el país que lidera las cifras de este despilfarro. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Arizona, entre el 45 y el 50 por ciento de todos los alimentos cosechados se pierden anualmente antes de ser consumidos. En el mismo informe se consigna que esta comida podría servir para cubrir todas las necesidades de los desnutridos de ese país, en el cual 4.6 millones de hogares padecen de grave inseguridad alimentaria.
Cercanos a la celebración de la Cumbre Río+20, donde las naciones del mundo se reunirán a evaluar los desafíos de este cambio ambiental global y las vías para enfrentar sus consecuencias hasta el momento irreversibles, los movimientos sociales se reunieron en Brasil en el Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental. La crisis ambiental y la soberanía alimentaria estuvieron entre los puntos debatidos, partiendo siempre de que “el calentamiento global es el resultado del sistema capitalista de producción, distribución y consumo”.
En la Declaración Final de esta Asamblea de Porto Alegre se responsabiliza a las transnacionales, las instituciones financieras, los gobiernos y organismos internacionales por no querer reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. La opción de una “economía verde”, propuesta como solución para la crisis ambiental y alimentaria por algunas potencias internacionales es puesta en entredicho, pues “resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida”. Los agrocombustibles transgénicos, la geoingeniería y los mercados de carbono no resultan, como bien se apunta en el documento, una verdadera solución para el conflicto si no se supera el modelo de desarrollo capitalista.
Para el planeta no existen recursos infinitos. La responsabilidad de preservarlos pasa hoy por los gobiernos, pero también por cada uno de los seres humanos que lo habitamos. Cada acción que realicemos como comunidad de naciones en pos de una cultura ecológica resulta garantía de perpetuidad. La crisis ambiental nos pone ante el reto intelectual de concebir un ethos de armonía con el espacio que nos brindó la vida. El presente dossier de La Jiribilla, responde por tanto, al imperativo ideológico y cultural de mantener a salvo la Tierra. www.ecoportal.net
Cristina Hernández • La Habana - Ilustraciones: Zardoyas
El dossier 562 de La Jiribilla sobre Cambio Climatico se puede ver completo en los siguientes links
http://www.lajiribilla.cu/2012/n562_02.html
http://www.lajiribilla.cubaweb.cu/2012/n562_02/dossier.html

domingo, 22 de abril de 2012

Cambio ambiental global. El boomerang de la especie humana

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Cambio ambiental global. El boomerang de la especie humana




El cambio climático, la contaminación de la atmósfera y del agua, las transformaciones del paisaje -tales como la deforestación y los procesos de degradación del suelo-; la extinción de especies y el agotamiento de recursos naturales sobreexplotados son factores que han traído consigo un cambio ambiental global que precisa una respuesta urgente y definitiva por parte de las naciones, pero no habra una verdadera solución para el conflicto si no se supera el modelo de desarrollo capitalista.

Los últimos diez años han sido pródigos en noticias sobre terremotos, tsunamis, inundaciones, sequías, olas de calor y de frío, exterminio de especies animales, bosques totalmente devastados. A la par, sabemos que aumenta el agujero de la capa de ozono, se acaban las reservas de hidrocarburos, sube la temperatura de océanos y mares, se derriten los glaciares y la polución produce todo tipo de afecciones a la salud humana.
El sistema de consumo de las sociedades contemporáneas se ha convertido en depredador de todos los recursos ambientales y nos regresa hoy a la génesis de la lucha por la supervivencia. De mantenerse los ritmos de crecimiento económico basados en el saqueo de la naturaleza, puede que nuestros descendientes no encuentren las vías para mantenerse con vida. Sin embargo, los principales causantes de esta situación serán los últimos en verse afectados por sus consecuencias. La desigualdad del mundo contemporáneo hace que sean las naciones y personas más pobres quienes primero sufran los embates de esta acción perjudicial sobre la naturaleza.
El cambio climático, la contaminación de la atmósfera y del agua, las transformaciones del paisaje -tales como la deforestación y los procesos de degradación del suelo-; la extinción de especies y el agotamiento de recursos naturales sobreexplotados son factores que han traído consigo un cambio ambiental global que precisa una respuesta urgente y definitiva por parte de las naciones.
No se trata de una preocupación reciente. En el informe presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1987 por la Comisión Brundtland, denominado Nuestro Futuro Común, se presentó el concepto de “Desarrollo sostenible”, apoyado luego en la Cumbre de Río de 1992. Con esto se acentuaba el principio elemental de un desarrollo donde se logren satisfacer las necesidades de la generación presente sin afectar por ello las de la generación del futuro. Ahora bien, llevar a término este paradigma en un mundo donde prima un modelo de desarrollo basado en la acumulación desmedida ha sido prácticamente imposible. Sus consecuencias no han podido siquiera aplazarse, aún cuando existen llamamientos internacionales como la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la Agenda 21, la Declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el Plan de Implementación de Johannesburgo, el Programa de Acción de Barbados para el Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo y la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, entre otros.
En su intervención en aquella Cumbre de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992, Fidel aseguraba que la especie humana se encontraba en riesgo de desaparecer y responsabilizaba de manera directa a las sociedades de consumo por la atroz destrucción del medio ambiente. La solución avistada por el líder histórico de la Revolución Cubana transitaba por una mejor distribución de los recursos. “Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana”, sentenció.

Efectivamente, se trata de aplicar un enfoque cultural a la sostenibilidad en pos de alcanzar un sistema de pensamiento y de acciones donde prevalezca la armonía con la naturaleza. El modelo cultural de producción, hasta el momento devastador, debe ser sustituido por valores que apunten a una relación más sabia con el planeta. No basta con promover el cuidado del medio ambiente si no se transforma de manera radical la visión del mundo y los principios sobre los que se concibe el desarrollo económico.
Por sólo citar algunas cifras de la acción demoledora de la especie humana, se estima que en el mundo se pierden alrededor de 15 millones de hectáreas de bosques al año, que el 52 por ciento de las pesquerías están explotadas al límite, otro 24 agotadas y solamente el tres por ciento se consideran no explotadas.
Mientras América Latina consume alrededor del 4 por ciento de la energía mundial y África el 2.5 por ciento, entre EE.UU y la Unión Europea consumen alrededor del 58 por ciento de la energía del planeta. El desplazamiento climático ambiental es la primera causa de las migraciones humanas y en 2010 llegaba a 38 millones de personas.
Además, se desperdician a diario millones de toneladas de alimentos, al tiempo que en el África Subsahariana el hambre es una causa de muerte. EE.UU. es el país que lidera las cifras de este despilfarro. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Arizona, entre el 45 y el 50 por ciento de todos los alimentos cosechados se pierden anualmente antes de ser consumidos. En el mismo informe se consigna que esta comida podría servir para cubrir todas las necesidades de los desnutridos de ese país, en el cual 4.6 millones de hogares padecen de grave inseguridad alimentaria.
Cercanos a la celebración de la Cumbre Río+20, donde las naciones del mundo se reunirán a evaluar los desafíos de este cambio ambiental global y las vías para enfrentar sus consecuencias hasta el momento irreversibles, los movimientos sociales se reunieron en Brasil en el Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental. La crisis ambiental y la soberanía alimentaria estuvieron entre los puntos debatidos, partiendo siempre de que “el calentamiento global es el resultado del sistema capitalista de producción, distribución y consumo”.
En la Declaración Final de esta Asamblea de Porto Alegre se responsabiliza a las transnacionales, las instituciones financieras, los gobiernos y organismos internacionales por no querer reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. La opción de una “economía verde”, propuesta como solución para la crisis ambiental y alimentaria por algunas potencias internacionales es puesta en entredicho, pues “resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida”. Los agrocombustibles transgénicos, la geoingeniería y los mercados de carbono no resultan, como bien se apunta en el documento, una verdadera solución para el conflicto si no se supera el modelo de desarrollo capitalista.
Para el planeta no existen recursos infinitos. La responsabilidad de preservarlos pasa hoy por los gobiernos, pero también por cada uno de los seres humanos que lo habitamos. Cada acción que realicemos como comunidad de naciones en pos de una cultura ecológica resulta garantía de perpetuidad. La crisis ambiental nos pone ante el reto intelectual de concebir un ethos de armonía con el espacio que nos brindó la vida. El presente dossier de La Jiribilla, responde por tanto, al imperativo ideológico y cultural de mantener a salvo la Tierra. www.ecoportal.net
Cristina Hernández

DÍA INTERNACIONAL DE LA TIERRA

http://elmundoyana.blogspot.com/

DÍA INTERNACIONAL DE LA TIERRA

 

«La Madre Tierra nos pertenece a todos; Río+20 es una de esas oportunidades que solo se presentan una vez cada generación y que todos debemos aprovechar.»
Mensaje del Secretario General, Ban Ki-Momn



Unas niñas almuerzan en el centro de alimentación escolar del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en Guidam Makadam,

Níger. Foto: ONU/PMA/Behan Phil.
 
La Madre Tierra es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la llaman «Pacha Mama» y nuestros ancestros en Nicaragua se referían a ella como «Tonantzin».
La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
Este año en junio, los líderes mundiales se reunirán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20). Las conversaciones se centrarán en dos temas principales: cómo construir una economía verde para lograr el desarrollo sostenible y sacar a la gente de la pobreza y cómo mejorar la coordinación internacional para el logro del desarrollo sostenible.

domingo, 25 de marzo de 2012

22 de marzo, Día Mundial del Agua.



22 de marzo, Día Mundial del Agua.

 Agua: Divino tesoro

  Por Thalif Deen

 

El rápido crecimiento de las ciudades, que hace que al lado de exuberantes obras arquitectónicas haya asentamientos irregulares, exige una planificación urbana pensada para hacer un uso eficiente del agua.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, señaló que cada 20 segundos muere un niño o niña a causa de una enfermedad derivada de la falta de agua potable y que "se pierden 1,5 millones de jóvenes vidas al año".
En 2025, 1.800 millones de personas vivirán en países o regiones con una gran escasez de agua y dos tercios de la población mundial lo hará en condiciones de carencia extrema, indicó ONU Agua, una coalición integrada por representantes de 24 organizaciones del foro mundial.
En la actualidad se destina 70 por ciento del agua dulce a la irrigación, 22 por ciento a la industria y alrededor de ocho por ciento al uso doméstico.
Más de 884 millones de personas no tienen agua potable en el mundo, en tanto 2.600 millones, de las 6.000 millones que habitan el planeta, carecen de un sistema de saneamiento adecuado, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La demanda supera el suministro, pero "este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, tenemos que comprometernos a tener una nueva relación con" ella, dijo Maude Barlow, cofundadora de Blue Planet Project, que aboga por el derecho universal a acceder al recurso.
Hay que "conservarla, recuperar los cursos de agua, evitar la contaminación de las fuentes, lo que debe ser considerado un delito, y hacer un uso más equitativo por el bien de los humanos, el futuro y otras especies", indicó.
"Personas, ideas y mercancías se mueven de la periferia a los centros económicos, donde maravillas arquitectónicas se elevan hacia el cielo mientras que en su sombra crecen asentamientos irregulares", indicó Anders Berntell, director ejecutivo del Stockholm International Water Institute (instituto internacional de agua de Estocolmo).
En 2050 habrá más personas en las ciudades que la cantidad de habitantes que hay hoy en todo el mundo.
El tema de la conmemoración de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, que comenzó este lunes 21 y terminará el domingo 27, será "Responder a los cambios globales: Agua en un mundo urbanizado".
Una mejor planificación urbana en lo que respecta a la utilización y reutilización del agua puede contribuir de forma significativa a disminuir las tensiones sociales y económicas dentro, entre y en el entorno de las ciudades, indicó Berntell.
La Iniciativa de Defensa WASH, con sede en Washington, elogió un proyecto de ley aprobado por el Senado de Estados Unidos el jueves que pondría a este país al frente de la respuesta a la crisis de agua potable y saneamiento.
La "Ley Agua para el Mundo, senador Paul Simon" compromete a Estados Unidos a suministrar agua potable y saneamiento de forma sostenible, segura y asequible a 100 millones de personas en seis años, añade el comunicado divulgado el viernes 18.
"La iniciativa bipartidista pondrá a Estados Unidos al frente de los esfuerzos para cumplir los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio en materia de agua potable y saneamiento", subraya el comunicado.
La principal causa de la crisis actual es que los "humanos modernos consideran que el agua es un enorme recurso para nuestro placer, conveniencia y beneficio y no un elemento esencial de un ecosistema viviente que nos da la vida", dijo Barlow a IPS.
"Contaminamos y tiramos todos los años una cantidad de desechos industriales y humanos en los cursos de agua equivalente al peso de la humanidad. La extraemos de ríos y arroyos y llevamos a las grandes ciudades y, si están cerca del océano, entonces se tira como desperdicio, una de las principales causas del aumento del nivel del mar", explicó.
"Irrigamos zonas desérticas para sembrar, contaminamos el agua con minería, energía nuclear, arenas alquitranadas y fracturamiento hidráulico y dejamos que se pierda por cañerías vetustas porque no tenemos dinero para invertir en infraestructura pública", se lamentó Barlow, ex asesora de la ONU en la materia.
El foro mundial reconoció que el acceso al agua y a un sistema de saneamiento son un derecho humano, es decir que los gobiernos tienen que diseñar un plan de acción basado en la obligación de proteger, respetar y cumplir" con él.
La ONU debe concentrarse en conservar el líquido vital, restaurar los cursos de agua y encontrar la forma de que sea un medio para promover la paz, apuntó.
"Tenemos que declarar al agua patrimonio común, un bien y un servicio público y debemos respaldar al gobierno de Bolivia en su iniciativa de declararla un recurso que debe protegerse como un derecho y no permitir su distribución con fines de lucro", arguyó Barlow.
"Necesitamos el agua. Nos puede enseñar a vivir en armonía entre nosotros y más ligeramente en la Tierra si tenemos ojos para ver y oídos para escuchar", añadió. www.ecoportal.net





AGUA, ORO LIQUÍDO DEL MUNDO

 AGUA, ORO LIQUÍDO DEL MUNDO

ACCESO AL AGUA POTABLE .

Primera parte

Cuando se inicia un estudio de este tipo, en el que deben establecerse comparaciones
Del acceso a agua potable y saneamiento entre diversos países, la principal dificultad
Que se presenta son los diferentes criterios utilizados en cada país para definir los con-
ceptos de agua potable, saneamiento, acceso a agua potable y acceso a saneamiento,
así como los distintos criterios y metodologías para calcular la cobertura de dichos
servicios en cada uno de los países.

Con el fin de uniformizar este estudio y presentar estadísticas comparables entre los
países,   en   el   capítulo   1   se   presenta   las   definiciones   de   agua   potable, saneamiento,
acceso a agua potable y acceso a saneamiento adoptadas en este estudio. Los criterios
tenidos     en   cuenta    son   los  que    ha  desarrollado     recientemente       el  Programa de
Monitoreo Conjunto para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento de la OMS-UNI-
CEF para el seguimiento y evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en los
aspectos de agua potable y saneamiento. Esta metodología se basa en la clasificación
de distintas tecnologías de agua potable y saneamiento en mejoradas y no mejoradas,
asumiendo   que   las   fuentes   de   suministro   de   agua   potable   mejoradas   tienen   mayor
probabilidad de proveer agua potable que las fuentes no mejoradas, y de forma aná-
loga con las instalaciones de saneamiento. Todas las estadísticas nacionales de agua
potable y saneamiento utilizadas en este documento son las que publica OMS-UNICEF
bajo los mencionados criterios.

El Consejo Económico - Social de las Naciones Unidas, mediante el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, es el organismo internacional que ha desa-
rrollado en mayor extensión el derecho al agua. En el capítulo 2 se presenta una reco-
pilación de los principales artículos del mencionado Pacto que tienen mayor relevan-
cia con el acceso al agua potable y dónde son definidos los factores de acceso al agua
potable: disponibilidad, calidad y accesibilidad.
La accesibilidad física es el factor principal y determinante en el acceso al agua potable.
En el capítulo 3 se demuestra que el nivel de consumo de agua potable se correspon-
de con la distancia en que se encuentran las fuentes de agua y/o el tiempo de recolec-
ción del agua. Este factor tiene mucha más importancia que el coste del agua o la con-
Fiabilidad del suministro para permitir el acceso al agua.

La lucha contra el cambio climático por la calidad de vida, en el pensamiento latinoamericano medioambiental.

La lucha contra el cambio climático por la calidad de vida, en el pensamiento latinoamericano medioambiental. 

Primera parte


 
Federico Engels dice: “No debemos lisonjearnos demasiado de nuestras victorias humanas sobre la naturaleza. Esta se venga de nosotros por cada una de las derrotas que le inferimos. Es cierto que todas ellas se traducen principalmente en los resultados previstos y calculados, pero acarrean, además, otros imprevistos, con los que no contábamos y que, no pocas veces, contrarrestan los primeros.” Sin duda, en esta década las consecuencias del cambio climático, que en general no son previstas por el sistema económico, constituyen los eventos que se presentan y “contrarrestan” los efectos positivos iniciales
El proceso de transformación
Siempre hemos afirmado que el concepto de calidad de vida, como la categoría más compleja para acercarnos a un determinado nivel de bienestar, debiera servirnos como estímulo para crecientes investigaciones interdisciplinarias que nos permitan articular el conocimiento, con el objetivo de alcanzar una mayor calidad en los proyectos. La urgencia de estos estudios está dada en que si no se esclarece su objetivo, poco podremos orientar los trabajos. Al finalizar este ensayo proponemos una definición operativa, pero antes trataremos de demostrar que en condiciones de cambio climático se torna más importante esta definición, ya que los márgenes de error se reducen sustancialmente y los caminos de libertad por los que podemos transitar son cada vez más estrechos. Ante tal situación, la imaginación social tiene que aumentar y la solidaridad humana hacerse más intensa.
Definimos la cuestión ambiental como la interrelación sociedad-naturaleza en la continua transformación de los ecosistemas y tecnosistemas, en función de elevar la calidad de vida. En nuestro sistema económico y social esta interrelación se orienta, esencialmente, según la racionalidad económica y genera contradicciones que son parte del ámbito del estudio entre esta finalidad y el logro de una mejor calidad de vida. Esta categoría, junto con el buen vivir, debe ser definida teniendo en cuenta estas contradicciones y la lucha permanente para superarla. En condiciones de cambio climático la participación comunitaria debe controlar y reorientar los procesos por la reducción referida de los márgenes de error tolerables.
La interrelación sociedad-naturaleza conforma un todo integrado. En ambos conceptos se dan los principios de la unidad y la diversidad. En cierto sentido, todo es naturaleza, con diferentes grados de evolución. Pero, en otro sentido, todo es sociedad, ya que la comprensión de nuestra realidad exterior depende de nuestras propias sapiencias e ignorancias y, por tanto, es un conocimiento social, histórico y cambiante. Pero también existe la diversidad dada por el grado de complejidad de evolución material. La naturaleza está mediada socialmente y las relaciones sociales se dan en una estructura natural a la que modifica y por la que son modificadas. El saber ambiental necesita reformular los avances que han realizado las diferentes ciencias. Por ello, cuando nos referimos a la sociedad, utilizamos la categoría de estructura económica y social; cuando nos referimos a la naturaleza, empleamos el concepto de ecosistema, agroecosistema y tecnosistema; y cuando nos referimos al proceso de transformación, analizamos el proceso de producción, distribución, cambio y consumo, desde un ángulo ecológico, económico y social.
Finalmente, cuando nos referimos a la población utilizamos los avances realizados por la psicología social, por la antropología, por la economía, sobre calidad de vida y la relación sujeto-objeto-necesidad, y el proceso de satisfacción de estas, donde interactúan todas las categorías anteriores (ecológicas, económicas y sociales). La mediación social de la naturaleza tamiza el conocimiento de ella y más aún los cambios que se experimentan debido a los cambios climáticos. En esta situación los sectores y países de altos ingresos pueden prever sus acciones con mayor facilidad, minimizar los impactos negativos y aprovechar los positivos. Esto constituye, sin duda, un factor discriminatorio que la cooperación internacional en la materia no logra, de ninguna manera, balancear.
El proceso de transformación que una estructura económica y social genera en los ecosistemas puede ser visto como un conjunto orgánico de seis momentos. En definitiva se trata de la forma en que las personas, integradas en sociedades, utilizan la naturaleza para satisfacer sus necesidades, empleando un instrumental y una plataforma física y simbólica, en un momento y lugar determinado y con relaciones sociales determinadas (2). En un único hecho productivo operan coincidentemente un proceso de construcción (o producción)-destrucción (o degradación, cuando se rebasa la capacidad de carga de los ecosistemas), aprovechamiento-desaprovechamiento, y uso integral-dilapidación. La misma relación dialéctica y de unidad y diversidad se da entre las categorías producción, distribución, cambio y consumo, como luego veremos.
Consideración conjunta del proceso producción-destrucción
Todo acto de producción supone, en otro sentido, un acto de destrucción. Así:
a) En la producción de materias primas
Para utilizar un árbol, el hombre destruye al extraerlo diferentes plantas, daña a otros árboles, al suelo y obviamente al propio árbol; lo mismo sucede en la extracción de fauna terrestre y acuática. Según las técnicas y formas de aprovechamiento que se utilicen, el proceso será más o menos cruento. Los procesos de erosión y desertificación son otras muestras evidentes. Esta destrucción puede ser absorbida por la capacidad homeostática del sistema natural o, debido a su intensidad, rebasar la capacidad que tienen los sistemas naturales de absorber ciertos cambios sin destruir las bases de su sistema. Cuando ocurre esto último, se cambia de sistema. El problema radica en que estos cambios muchas veces no son queridos y, por lo general, son imprevistos y reducen la potencialidad global del sistema. En una referencia muy clara y poco conocida sobre este proceso, Federico Engels dice:
“No debemos, sin embargo, lisonjearnos demasiado de nuestras victorias humanas sobre la naturaleza. Esta se venga de nosotros por cada una de las derrotas que le inferimos. Es cierto que todas ellas se traducen principalmente en los resultados previstos y calculados, pero acarrean, además, otros imprevistos, con los que no contábamos y que, no pocas veces, contrarrestan los primeros.” (3)
Sin duda, en esta década las consecuencias del cambio climático, que en general no son previstas por el sistema económico, constituyen los eventos que se presentan y “contrarrestan” los efectos positivos iniciales.
b) En la producción del hábitat y de la infraestructura
En forma directa o indirecta, la artificialización del hábitat y la infraestructura en función de las necesidades humanas implica un típico proceso de destrucción-construcción. En estos actos las particularidades específicas del ecosistema frecuentemente no son consideradas en todos sus aspectos, por lo que se generan repercusiones negativas, también muchas veces no previstas ni queridas, pero presentes. Esto trae como consecuencia problemas en el costo del posterior mantenimiento, o en la generación o agravamiento de procesos de degradación natural. En la situación del cambio climático esto llega con frecuencia a situaciones catastróficas, para las cuales se argumenta la condición de excepcionalidad por falta de antecedentes. Pero lo que comúnmente no se evalúa es que las condiciones ya han cambiado y es posible, con cierto margen de error, prever sus efectos.
c) En la producción industrial
Todo proceso productivo de transformación de la materia, destinado a que esta adopte cualidades adecuadas para satisfacer necesidades humanas, va unido al uso del ambiente natural —como condición de la producción—, al que el hombre puede contaminar y del que utiliza algunos elementos y desecha otros.
Una acción ambiental adecuada debe considerar en forma conjunta dicho proceso, tratando que lo productivo se maximice y que lo destructivo se minimice. La no consideración conjunta ha dado lugar a diversos perjuicios.
En primer lugar, el error más generalizado y evidente es asumir los criterios productivos sin analizar los aspectos de destrucción asociados a la producción. Las estadísticas manifiestan este error (4). El producto bruto suma todas las actividades de producción, sin descontar la destrucción que ellas causan. Pero es un error sistémico a la forma que adopta la reproducción económica. La disposición de los residuos es la continuidad del proceso productivo con el agravante que una parte importante de esa disposición, en forma de GEI, se difunde por el mundo y afecta a la población mundial y no solo a los países que lo generaron. Por tanto, buena parte de la producción del Norte es una producción inconclusa que la finaliza el Sur, el cual sufre los efectos del rebasamiento de la capacidad de carga.
En la producción agrícola el error es más patente. En ella se considera la productividad de la tierra evaluada, en general, en toneladas de producto/hectárea sin contrastar este indicador con el de pérdida de suelo por erosión y/o el del balance de nutrientes (extracción/reposición), o el del agua utilizada, entre otros.
Lo mismo sucede con el proceso que redunda en la contaminación de agua, suelo o aire, con lo cual generan la destrucción del hábitat o de la infraestructura. Esta simplificación de considerar la producción sin la destrucción que generalmente conlleva impide evaluar los cambios adecuados y necesarios para reducir al máximo estas consecuencias negativas. Parte de esa destrucción está dada por la disposición de residuos, y en el caso de residuos gaseosos el radio de destrucción (contaminación) es mayor, pues estos cruzan los océanos.
Lamentablemente, muchas veces se ha reaccionado, y se reacciona aún, cayendo en el otro extremo: considerar el proceso destructivo sin evaluar la producción. Esto ha caracterizado, y caracteriza, parte de los planteamientos ambientales. Bajo este criterio fueron creadas varias administraciones ambientales que tratan aspectos destructivos tales como la contaminación, la erosión, la destrucción de bosques y el hacinamiento, sin la necesaria interrelación con los sectores que dieron y dan origen a dichas destrucciones. Como lamentó la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo, los “efectos” (la destrucción) han sido considerados sin relación con las “causas” (la producción) (5). Una acción ambiental adecuada debe considerar en forma sistémica ambos aspectos. Se opone a esta visión sistémica la persistencia de los criterios desarrollistas de corto plazo, que impulsa una administración segmentada eficiente y obedecedora de la división del trabajo, impidiendo una visión integral y sistémica. La lucha contra el cambio climático exige esta visión de interacciones.
De la misma forma están ligados el proceso de producción y el del consumo. La producción siempre es consumo de los elementos que se requieren para generarla, y el consumo es siempre producción de los elementos referidos (materia prima, combustibles, infraestructura) y también de la fuerza de trabajo que se produce consumiendo los elementos necesarios para nuestra vida.

¿De verdad soy ecológico?

¿De verdad soy ecológico?


 
Se nos olvida que puedo decidir si cambio de móvil, si cambio de vehículo, si compro latas de aluminio, si adquiero botellas de plástico por muy reciclables que sean, si cambio de ordenador o de cámara fotográfica, si voto o no... Puedo decidir si actúo o no. Es mi responsabilidad. Debo aceptarla. Lo demás es una negación, sólo colabora a mi inmadurez y a que no sea coherente entre lo que pienso, hago y digo.
Me pregunto con frecuencia, ¿soy ecológico? ¿Actúo para que se produzcan cambios positivos para mí, para quienes me rodean y para el mundo en general? Existen indicios de que la sociedad en la que vivo no. Sin embargo, esa respuesta sólo me sería válida si deseara delegar mi responsabilidad en los demás. Es la una trampa para no madurar.
Desconexión moral entre la acción y sus consecuencias
Entre una acción y sus consecuencias nos podemos distanciar tanto que parece no existir culpables. Entre una medida del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional y la pobreza en un país, parece haber una distancia tan enorme que quienes toman las decisiones en estas entidades, no se sienten culpables de las acciones que llevaron a cabo. Así nosotros tampoco nos percibimos como responsables de que nuestras zapatillas hayan sido cosidas por niños en régimen de semiesclavitud en algún país lejano. Lo mejor es delegar la culpa en los demás y no hacernos responsables. Meses atrás conversaba con un líder de la extrema derecha española. Me comentaba que la crisis es debida a los mercados, algo sin nombre y lejano. La negación de los hechos es un fenómeno conocido y peligroso en psicología. La negación social lo es aún más cuando se transforma en un patrón de comportamiento.
Hace poco cayó en mis manos el libro de Daniel Goleman "Inteligencia Ecológica". Posee interesantes reflexiones sobre todo en el campo del consumo, las empresas y los consumidores.
En la obra se reflejan datos que llevan a estremecerse:
  • En Estados Unidos se emplean ochenta y ocho millones de bolsas de plástico al año.
  • Las bolsas de papel, que se plantean como alternativa, parece que requieren más energía y agua para su fabricación que las anteriores. Muchas de bolsas de tela que nos ofrecen en los supermercados, provienen de países en los que se explota a la mano de obra o que se contamina sin control.
  • Gran parte de la publicidad sobre los productos verdes, ecológicos... No es más que una herramienta de marketing para vender más. Se incide en unos aspectos pero no en otros. Por ejemplo, en las impresoras de ordenador. Nadie habla del impacto de la calidad del aire en las oficinas donde se encuentran instaladas y sus repercusiones sobre la salud de lo trabajadores. Tampoco nos ocupamos de la obsolescencia programada que las lleva a inutilizarse después de un número de copias. La importancia de que mil millones de personas en el mundo consumen 32 veces más que el resto de los habitantes del planeta. De ello deduce que polucionan 32 veces más.
Tras leerlo volví a mi pregunta. ¿Soy ecológico? ¿Actúo para que haya cambios positivos?
Nos ha tocado vivir en una sociedad en la que nuestra coherencia está comprometida. Aún si se tiene una alta conciencia de que es lo que nuestras acciones de consumo producen, en ocasiones es complicado evitarlas. Por cuestiones de imagen social, de comodidad...
El neoliberalismo está basado en el consumo. En una manera de consumir ahora más y sin límites. Con axiomas que propugnan que los recursos son infinitos y que si no lo son, la tecnología lo solucionara y que por tanto podemos malgastarlos cuanto nos venga en gana.
Nada más tenemos que examinar nuestra sociedad y observaremos que:
  • Desplazarse en transporte público en economías basadas en el permanente uso desaforado del petróleo como Estados Unidos o Canadá, es muy complicado.
  • No cambiar de ropa con la moda hace que nos encontremos fuera del flujo social y en los trabajos o en las relaciones sociales seamos mal vistos.
  • No tener coche o no cambiarlo empieza a ser una rareza.
  • Una casa sin televisor, vídeo, ordenador, DVD, consolas... nos parece una vivienda de otro planeta.
  • Lavar las bolsas de plástico para reutilizarlas... a quien se le puede ocurrir tal disparate con la cantidad de ellas gratuitas que están a nuestro alcance.
  • No cambiar con frecuencia de móvil es poco menos que pecado y mucho más no tenerlo. Como si antes no hubiéramos podido vivir sin él.
  • No consumir bebidas o alimentos enlatados es un esfuerzo ímprobo.
  • Nos levantamos con la necesidad de comprar cada día una botella de plástico de agua. En cantidad de dos litros parece que la necesitamos para vivir presionados por las campañas de publicidad. Adquirimos productos envueltos en plástico recubierto por un embalaje de cartón impresos con tintas contaminantes.
Se nos olvida que puedo decidir si cambio de móvil, si cambio de vehículo, si compro latas de aluminio, si adquiero botellas de plástico por muy reciclables que sean, si cambio de ordenador o de cámara fotográfica, si voto o no... Puedo decidir si actúo o no. No es interesante para mí pensar en que el gobierno reciclara lo que consumo. Tampoco que alguien desconocido controlara la calidad de lo que compro. O que unos inspectores fantasmas vigilaran para que nadie sea explotado. Es mi responsabilidad. Debo aceptarla. Lo demás es una negación, sólo colabora a mi inmadurez y a que no sea coherente entre lo que pienso, hago y digo.
Las investigaciones que cita Goleman sobre la neurociencia, aplicadas a las empresas y a la política, dotan a estos grandes grupos de una capacidad de manipulación cada vez más elevada.
Consumir ahora, ya
Sabemos que nuestros circuitos cerebrales tienden a prestar más atención al corto plazo que a los años venideros.
Esta propiedad lleva a que el consumo que impera sea, utiliza ahora y mañana, el año que viene o las generaciones que nos sucederán, ya veremos.
Este reacción sobre lo inmediato es una herramienta de supervivencia instaurada en el comportamiento más primitivo de nuestro ser.
La dinámica del aquí y ahora es en la que funciona nuestra sociedad. Esto implica complejas consecuencias. Una de ellas está relacionada con la ética, más allá de la moralidad. La moral social la podemos basar en una serie de leyes que nos obligan a todos. Pero legiones de abogados, entrenados para ello, siempre pueden encontrar los espacios vacíos entre las palabras para conseguir lo que desean sus clientes.
Muchas empresas mineras, de energía, química, partidos de la derecha y de la izquierda se rigen por las leyes pero sus letrados facilitan que contaminen, corrompan, evadan capitales y que todo esto se encuadre de la legalidad. Su objetivo, conseguir los mayores beneficios en el menor tiempo posible. Ya, ahora, aquí.
Repensar, detenerse, decrecer.
Es hora de poner a trabajar los lóbulos frontales del cerebro que pueden inhibir nuestro comportamiento instintivo de consumo inmediato sin tener en cuenta las consecuencias.
Se debe:
  • Repensar nuestras acciones, palabras y pensamientos. Son en realidad nuestras? Son fruto de una campaña de marketing, de una regla social que en nada nos favorece ni a nosotros ni a la Tierra?
  • Detenerse para vivir con más tiempo para nosotros mismos.
  • Decrecer. No podemos seguir consumiendo a esta velocidad bienes o servicios, palabras o pensamientos.
El cambio es imprescindible.
No tenemos mucho más tiempo.
Mucho más allá del consumo, de los recursos naturales, de la economía... Debemos ir a hacer que no sólo nuestras acciones sean las adecuadas, sino también que nuestras palabras y pensamientos sean los más positivos posibles para que creen una realidad en los mismos términos.
Las palabras que expresan los pensamientos de una persona o una entidad son la radiografía de su alma.
Tomar conciencia conlleva acciones precisas.
Votaría usted a alguien que en sus palabras destila odio, destruye la educación, la salud, nos implica en guerras ilegales, recorta los derechos de los trabajadores, está al servicio de lo que denominan mercado como eufemismo de nueva forma de esclavitud, nos sume en miedo permanente al otro, a la diferencia, al futuro...?
Compraría un producto o adquiriría un servicio de una empresa que piensa sobre usted sólo en términos de su capacidad de desembolsar dinero? Que destruye miles de kilómetros cuadrados de bosques, maltrata o acosa, contrata niños, paga salarios de miseria a sus empleados?...
Si tomamos decisiones, si actuamos mediante cambios educativos, cambios personales, no consumimos productos, servicios o votos, no tendrán quien les vote o consuma. Tendrán que cambiar.
Necesitamos inteligencia activa ecológica.
Necesitamos ser conscientes de que nuestras palabras y pensamientos en muchos casos, no son reciclables, ni reutilizables, ni mucho menos sostenibles.
Eres, soy ecológico y activo? www.ecoportal.net
Juan Jose Peláez Gómez - Más información en http://juanpelaezescritor.wordpress.com/

Como burlar al sistema: Granjas en tu casa o depto, sanas y sin Monsanto

Como burlar al sistema: Granjas en tu casa o depto, sanas y sin Monsanto

 
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Desde BWN Patagonia denunciamos constantemente que al menos el 80% de los alimentos procesados en el supermercado contienen transgenicos o residuos de herbicidas de Monsanto. Que los bebes nacen con agroquímicos en la sangre, y que luego sus madres los amamantan con tóxicos que producen cancer, tumores, malformaciones, y deficiencias inmunológicas. Pero se puede comenzar a burlar este sistema alimenticio. En la mayoría de los espacios urbanos, con la suficiente creatividad y dedicación, es posible hacer crecer una parte considerable de los alimentos que necesita una familia.
Desde BWN Patagonia denunciamos constantemente que al menos el 80% de los alimentos procesados en el supermercado contienen transgénicos o residuos de herbicidas de Monsanto. Que los bebés nacen con agroquémicos en la sangre, y que luego sus madres los amamantan con tóxicos que producen cáncer, tumores, malformaciones, y deficiencias inmunológicas. Por este y otros motivos siempre recomendamos mudarse de las ciudades para instalarse en areas rurales más sanas y seguras. Pero, por supuesto, esto no siempre es posible debido a los costos, los trámites y las obligaciones. No obstante, y aún con estos problemas, podés comenzar a burlar el sistema alimenticio: Cómo construir una granja en tu casa o departamento.
Creando un Sistema de Alimentación en tu pequeño departamento: El espacio interior, comúnmente utilizado para la jardinería, también puede convertirse en tu salvación de los transgénicos y químicos nocivos que inundan los supermercados.
Donde exista un lugar soleado, cerca de una ventana, un pequeño patio o incluso en una habitación, utilizando contenedores, podes cultivar verduras, hierbas e incluso frutales.
La pregunta más inquietante es el uso de los espacios sombríos, como habitaciones adicionales, closets y gabinetes, talleres, áreas de almacenamiento, bañeras sin usar, y la mesada de la cocina. Tal vez nunca pensaste en estos lugares como zonas de cultivo, ¡pero donde hay espacio, hay un potencial de crecimiento!
Obviamente, primero asegurate con un experto de que cualquier semilla que consigas no sea transgénica ni esté contaminada.
Un cultivo de trigo que sólo ocupe la parte superior de tu heladera, puede dar brotes y producir desde 900 gramos a 1 kilo y medio por semana, que podes utilizar para comer o hacer jugo. En el mismo lugar, también podrías cultivar hongos, o elaborar cerveza de jengibre, vino, o kefir. Tampoco es difícil preparar un contenedor de lombrices en un balcón para el compostaje de residuos orgánicos, ¡o para vender las lombrices como cebo de pesca! Existen muchas posibilidades para el uso de los espacios en áreas urbanas, incluso las partes sombrías, de una manera productiva.
Esto es un extracto de Fresh Food from Small Spaces: The Square-Inch Gardener’s Guide to Year-Round Growing, Fermenting, and Sprouting por R. J. Ruppenthal. Fue adaptado para la web y traducido por BWN Patagonia.
Algunos de nuestros lectores comenzarán a preguntarse si es posible criar animales dentro de un departamento, por ejemplo pollos. Por supuesto, ni BWN Patagonia ni el autor RJ Ruppenthal están de acuerdo con mantener a los pollos, o cualquier otro animal, en condiciones de hacinamiento inhumano, todo lo contrario. La naturaleza debe ser respetada si deseamos una alimentación sana. Le preguntamos a RJ para agregar este comentario.
Comida Fresca producida en pequeños espacios
Si estás leyendo estas palabras es probable que vivas en la ciudad, y que no tengas demasiado espacio. Con un poco de suerte en la vivienda de un barrio, con patio trasero, o algo aún más pequeño: Un departamento con una sola ventana por donde entra el Sol.
Independientemente de ello, ya sea que cuentes con: una terraza, balcón, escalera, garaje, espacio de almacenamiento, una ventana, o simplemente con la mesada de la cocina, es muy probable que puedas utilizar espacio para el cultivo de alimentos.
A continuación vamos a imaginar lo que es posible, para que trates de poner las ideas en acción produciendo alimentos buenos y frescos para vos y tu familia, incluso en espacios extremadamente reducidos.
En la mayoría de los espacios urbanos, con la suficiente creatividad y dedicación, es posible hacer crecer una parte considerable de los alimentos que necesita una familia.
Podes incluso decidir especializarte en un cultivo, como las frutas, champiñones, o verduras, y eso será más que suficiente para colmar las necesidades de tu familia e incluso, lo más probable es que te sobre algo para vender o cambiar por otros alimentos que necesitas, y que produce tu vecino.
Si tenés patio o balcón
Lo primero que tenes que hacer, es pensar qué espacios podes utilizar para la producción de alimentos. Si tenes un patio al aire libre y querés iniciar un pequeño jardín en el suelo o dentro de contenedores (o macetas), las consideraciones más importantes a tener en cuenta son: Luz y calor. La mayoría de los expertos en jardinería te van a decir que ni siquiera pienses en cultivar hortalizas, si no tenes como mínimo de 6 a 8 horas por día de luz directa del sol, pero en realidad existen muchos tipos de hortalizas que pueden ser cultivadas con muchas menos horas de luz.
Es cierto que por ejemplo, los tomates, morrones, papas, pepinos, berenjenas, zapallos, o frutas del bosque (frutillas, frambuesas) necesitan recibir al menos de 4 a 5 horas de luz solar intensa (preferiblemente más). Pero si las condiciones de luz no son mejores que el mínimo, entonces se recomienda empezar con las hortalizas más pequeñas, como los tomates cherry, que necesitan menos luz para madurar. Lo mismo ocurre con los pimientos o ajíes.
Al mismo tiempo, podes añadir un poco de luz reflejada, y una lampara fluorescente tambien ayuda.
Si tu espacio al aire libre tiene poca luz, podes cultivar legumbres, tubérculos y vegetales de hojas verdes. Estas plantas pueden proliferar con una sombra parcial, al igual que las zanahorias, la remolacha y otros vegetales de raíz. Las hortalizas de hoja como la lechuga, espinaca, acelga, ruibarbo, brócoli, y col, pueden incluso producir en un lugar sombrío, pero con algo de luz reflejada. Las papas, las hierbas, la cebolla y el ajo puede cultivarse también con sombra parcial, pero por supuesto, resultaran mucho más productivos con mayor luz solar. Considerá la posibilidad de intentar con alguna variedad de verduras al principio, para ver cuales crecen mejor, algunos cultivos podrán decepcionarte pero serás gratamente recompensado por los demás.
Patio
Si tu patio es grande incluso podes mantener un gallinero o una colonia de abejas, ambos casos brindan un suministro sostenido ya sea de huevos frescos o miel. Los pollos pueden vivir en una jaula o cabina con una cantidad mínima de espacio, ya sea en un jardín, porche, patio, o montados en una pared. Su estiércol es un buen fertilizante. Los pollos son útiles principalmente para la puesta de huevos, y sus huevos son un recurso renovable que proporciona proteína equilibrada y una buena nutrición. Una colmena puede tener aun menos espacio horizontal que un gallinero, no necesita la luz del sol, y toma menos trabajo que tener un perro. Una colonia de abejas en una colmena de tamaño medio puede proporcionar de 45 a 70 kilos (dos o tres cubos grandes) de miel cada estación. Si hay sobrantes, recordá que muchos de estos productos son caros, y podes venderlos o cambiarlos (junto con la cera de abejas) por cualquier otra cosa que necesites.
Espacio
Si el espacio horizontal es limitado, no tengas miedo de "pensar verticalmente": Las jaulas de pollos muchas veces son montadas en paredes verticales en la casa de una persona, y muchos jardines pequeños cultivan frutillas exitosamente, o tomates de cestas que cuelgan de los aleros o vigas. Además existen plantas enredaderas como la frambuesa o la mosqueta, que pueden crecer naturalmente de manera vertical, sin necesidad de utilizar mucho espacio horizontal.
Luz
La luz del sol completa
Esta es la más fácil: Con ella puede crecer cualquier cosa, incluyendo frutas, bayas, y verduras de todo tipo. Su principal limitación podría ser el clima o el espacio.
Luz baja
Vegetales de hojas verdes, porotos y garbanzos, y tubérculos que pueden crecer muy bien con una sombra parcial. Si tenés al menos un poco de sol directo cada día, podés probar pequeñas hortalizas de fruto, como tomates.
Sombra
Los hongos crecen bien en la sombra y son caros, la oscuridad no afecta a los gallineros, ni a las colmenas.
Dentro de tu departamento también se pueden utilizar zonas de sombra para setas o brotes de trigo, o como un lugar para fermentación, ya sea para yogur, kéfir, chucrut, kimchi, cerveza de jengibre, u otros alimentos fermentados. www.ecoportal.net

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