San Jorge: la leyenda
En origen, la estirpe de guerreros santos de la cristiandad representaba cada uno de los momentos clave de la lucha de la religión: San Miguel Arcángel y el mal, Santiago Matamoros y
La leyenda comienza en el s.IV, con el martirio del soldado romano Jorge de Capadocia a manos del emperador Diocleciano, cuya fama ha trascendido por culpa de la cruenta campaña de represión que llevaría a cabo contra las primeras comunidades de cristianos en los dominios de Roma. Así, religión, martirio y conversión de neófitos mediante, la figura de Jorge se asumirá, al igual que todos los muertos por la fe, en estandarte de la causa. Y, menos de un siglo después, San Jorge poseía ya, en la actual Lod (Israel), un punto de veneración importante que, por medio de las peregrinaciones, se comenzará a extender en siglos posteriores por el Imperio Romano de Oriente (prácticamente toda la cuenca mediterránea). El paso siguiente lo dará en el s.V el papa Gelasio, quien va a canonizar al soldado cristiano en un momento en el que la propia figura del santo comienza a sufrir interferencias con las diversas historias apócrifas que circulan sobre su vida y milagros y la asimilación del personaje realizada por otras religiones del Libro.
Este primer estadio en el desarrollo del mito, originario de
Este modelo de leyenda, origen seguramente de todos los cuentos de princesas y dragones posteriores, ha llegado hasta la actualidad, en la que la fiesta de veneración al santo ha sufrido un sincretismo y ha pasado a coincidir con la celebración del Día del Libro, antiguamente celebrado en España el 7 de octubre en conmemoración del nacimiento de Cervantes. Será en la década de los 30 cuando la onomástica de San Jorge se haga coincidente con este día especial, pasando en regiones como Cataluña a diluirse la importancia de éste frente al patrón de la ciudad y adaptándose la propia leyenda a la tradición popular (que marca el homenaje a hombres y mujeres con libros y flores, respectivamente, en recuerdo del rescate llevado a cabo por el santo).
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