Sociedad Mundial. Globalizacion del hambre

El hambre se globaliza
Por Lucilo Tejera Díaz/ AIN Camagüey




La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó que hoy día hay en el mundo mil 20 millones de personas desnutridas porque padecen de hambre crónica, la cifra más alta desde 1970, cuando empezaron a conservarse esas comparaciones.
Solamente en los últimos tres años, el número de humanos sumados a semejante situación creció en 147 millones, con énfasis en las regiones de África Subsahariana, Asia y Pacífico y América Latina y el Caribe.


Esta realidad ocurre a contrapelo de que el primero de los ocho Objetivos del Milenio, adoptados en una Cumbre Mundial convocada por la ONU en el 2000, propuso reducir la pobreza extrema y el hambre.


La propia FAO señala que el hambre ha aumentado “no como consecuencia de malas cosechas, sino debido a los elevados precios domésticos de alimentos, así como a los menores ingresos y al creciente desempleo fruto de la crisis económica mundial”.
Hace tres meses la declaración de la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria, en noviembre del 2009, mencionaba como causas de tantas personas hambrientas “los efectos de una inversión largamente insuficiente en la seguridad alimentaria, la agricultura y el desarrollo rural, agravados recientemente por la crisis alimentaria, financiera y económica".


Cualquier análisis económico, financiero o político a escala global no puede sustraerse de esta verdad tan dolorosa y de apremiante solución, pues de lo contrario seguirá aumentado y pondrá en riesgo la calidad de la Humanidad.
Porque lo que sí constituye una gran verdad es que el hambre se amplía con muchos más hambrientos en todos los rincones del planeta, cuando las intenciones expresadas una y otra vez, una y otra cumbre, son de detener este flagelo, pero la ayuda decidida está ahora en su menor nivel.


El XII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, que comienza este primero de marzo en La Habana, con la asistencia de personalidades de las Ciencias Económicas y Sociales de unos 40 países, y representantes de 24 organismos internacionales, seguramente tratará este asunto de tanto impacto.
Pero principalmente deberá pronunciarse con firmeza contra las propuestas que nacen en las naciones desarrolladas, las cuales plantean en esencia reformas liberales para salir de la crisis económica, y por tanto del potenciado desempleo.


Una española así lo manifestaba hace unos días en una página en Internet: “Nos están metiendo miedo para que aceptemos con resignación el programa de reformas liberales. Pero no debemos dejarnos engañar, ya que estas medidas solo irán en perjuicio de las clases populares".
La situación que vive el mundo, de precios elevados para los alimentos y la mayoría de los recursos empleados en la agricultura, desempleo en constante ascenso, depreciación del dólar como moneda internacional y el mercado de materiales en poder de transnacionales, no avizora la disminución de los hambrientos.


Frente a estas propuestas que brinda el mundo capitalista, la unidad regional de países para emprender juntos la protección de sus pueblos aparece como la vía más acertada, con vistas a enfrentar la realidad de la hambruna, y el poco interés de los ricos y poderosos por disminuirla y erradicarla.
"Un ejemplo está en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que actúa con métodos en que prima la solidaridad y la complementación, por encima de cuánto voy a ganar."